La noche del 11 de diciembre del 2018, siete personas fueron detenidas por agentes de la policía. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Organizaciones utilizan sustancias psicotrópicas para abordar a víctimas en centros de diversión nocturna de La Mariscal, en el centronorte de Quito. Según la Dirección Nacional de Investigación de Delitos contra la Propiedad (Sidprobac) de la Policía, 93 casos se han reportado desde el 1 de enero del 2018.
De esa cantidad, 82 personas fueron abordadas en discotecas, 5 en karaokes y 6 en night clubs. Ante ese panorama, la Sidprobac ha reforzado los operativos y este martes, 11 de diciembre del 2018, desarticuló a un grupo en la capital.
Siete personas fueron detenidas la noche del martes. Ellos son investigados porque supuestamente pertenecen a una banda dedicada al robo de personas y viviendas bajo el aturdimiento con sustancias psicotrópicas.
Los sospechosos son cuatro hombres y tres mujeres, de entre 20 y 40 años. Los agentes indicaron que ellos operaban en los distritos de Quitumbe y Eugenio Espejo, principalmente en el sector de la Plaza Foch.
Los sospechosos son cuatro hombres y tres mujeres, de entre 20 y 40 años. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
El coronel Rodney Chávez, subdirector de la Sidprobac, manifestó que esa organización era investigada desde hace tres meses en la capital.
¿Cómo operaban? Primero, buscaban a sus víctimas en los centros de diversión como bares, discotecas y karaokes. Tras abordarlas, les colocaban una pastilla en las bebidas para provocarles sueño y cansancio extremo. “Les tenían adormitadas para robarles”, precisó Chávez.
“Tenemos alrededor de 30 denuncias que son procesadas”, manifestó el oficial. “La mayor parte de estas se registraron durante las fiestas de Quito”.
Según la Policía, los detenidos se movilizaban en un vehículo Ford para atacar a la gente. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Se movilizaban en un vehículo Ford para atacar a la gente, según los uniformados. Les quitaban las pertenencias (dinero, joyas, celulares y billeteras). También se iban a los cajeros o se trasladaban a las viviendas de los afectados para sustraerse cosas de valor.
Los uniformados indicaron que hallaron evidencias: un vehículo Ford plomo, USD 1 580 en efectivo, 475 pastillas para causar sueño, 11 celulares, cinco tablets, una computadora, seis relojes, siete televisores, un parlante, entre otras.
En sus investigaciones, los agentes establecieron que la organización delictiva tenía una estructura organizada con roles y funciones específicas como seleccionadores de víctimas, seguridad, conductores y ejecutores.
De igual forma, los policías indicaron que la organización se aprovechaba de las personas que se movilizan en sitios desolados para arrancharles sus pertenencias.