El caos se instaló en Buenos Aires
Buenos Aires. Reuters y AFP
Miles de desocupados bloquearon ayer las principales avenidas de Buenos Aires en reclamo de subsidios del Gobierno. Además, generaron un nuevo caos de tránsito en una ciudad que sufre en sus calles el aumento de conflictos sociales y gremiales.
En contra y a favor
Agrupaciones de desempleados protestaron en la avenida 9 de Julio, la principal de Buenos Aires, donde los ‘piqueteros’ ya acamparon la semana pasada durante 31 horas, en reclamo de un puesto de trabajo.
También se movilizaron estudiantes de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y ex soldados movilizados durante el conflicto con el Reino Unido por las islas Malvinas, en 1982.
En contraste, el Partido Justicialista (PJ, peronista) manifestó su respaldo incondicional a Cristina Fernández de Kirchner.
La Confederación General del Trabajo realizará una movilización el 20 de noviembre, en apoyo al Gobierno.
Las protestas de varios grupos de ‘piqueteros’ (manifestantes desempleados) tuvieron lugar un día después de una huelga de los trabajadores del metro que hizo prácticamente imposible desplazarse por Buenos Aires.
Los desocupados, en su mayoría de partidos de izquierda, acusan al gobierno de la peronista Cristina Fernández de Kirchner de repartir subsidios laborales solo a las organizaciones sociales que le son afines y piden ser incluidos en la ayuda estatal.
“El reclamo específico es el ingreso del conjunto de los compañeros desocupados que están sin acceso a los programas de cooperativas de trabajo que ha lanzado el Gobierno”, explicó Guillermo Kane, del Polo Obrero. Esta es una de las organizaciones que se manifestaba en el centro de la ciudad.
Tras crecer varios años a tasas superiores al 7 % anual, la economía argentina comenzó a desacelerarse a finales de 2008. Esta situación, sumada a la elevada inflación, incrementó los índices de pobreza del golpeado país.
En las últimas semanas, las protestas de desocupados por el reparto de ayuda estatal se intensificaron en las calles de Buenos Aires. Ayer, las agrupaciones cortaron la Avenida 9 de Julio frente a una dependencia oficial cercana al emblemático Obelisco.
Mientras tanto, otro grupo fue desplazado por la Policía cuando durante la mañana intentó obstruir uno de los principales puentes que unen a la capital argentina con los numerosos suburbios.
Otras entidades bloquearon diversas calles del centro de Buenos Aires, mientras que en la tarde ocurrieron nuevas protestas.
“El Gobierno ha anunciado que va a cambiar lo que viene haciendo en los últimos dos meses. Es decir, que hasta ahora solo se ingresa a los planes sociales a través del método clientelista político. Pero si en una semana no se resuelve, vamos a decidir nuevas medidas de lucha con todos los compañeros”, agregó Kane.
Al otro lado del escenario, el Gobierno argentino informó ayer que investiga maniobras de desestabilización de parte de grupos opositores, en medio de una oleada de protestas que se recrudecieron en los últimos días y mantiene sitiada a Buenos Aires.
“Que se saquen de la cabeza eso de que nos vamos a ir o nos van a sacar” del Gobierno, afirmó ayer el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, al brindar ayer un informe de gestión ante la Cámara de Diputados de Argentina.
El Jefe de Gabinete consideró que “no son nada casuales” las protestas callejeras que, al igual que en las últimas semanas, ayer volvieron a colapsar la capital argentina y a generar enormes inconvenientes para el tránsito de vehículos. El Gobierno “está investigando hechos puntuales”, anticipó el Jefe de Gabinete, en un discurso a tono con las declaraciones de la presidenta, Cristina Fernández, quien instó el lunes a “acabar con enfrentamientos y con estos hechos provocados”.
La Iglesia Católica reclamó a las autoridades que adopten políticas “para cohesionar y pacificar al pueblo argentino”, mientras líderes de la oposición alertaron sobre un clima de crispación.