El arte bizantino y el del Islam, en un libro

Redacción Cultura

El tomo abarca estos dos fenómenos artísticos que se extendieron por espacio de cerca de un milenio entre el siglo V y el XIV de nuestra era.  Ambas construcciones  estéticas estuvieron fuertemente influenciadas por los avatares históricos  y políticos que atravesaba el mundo antiguo.

El arte bizantino, que ocupa el primer  capítulo,  corresponde al imperio bautizado con el mismo  nombre y que provino directamente del  imperio romano de Oriente.

A principios del siglo V, el emperador  Teodosio dividió al gigantesco imperio romano en uno de Oriente  (que entregó a su hijo Arcadio) y el de Occidente (que correspondió a su hijo Honorio).

Desde esa división el imperio bizantino empezó a desarrollar una estética visual muy propia  que  se alimentaba de muy diversas influencias, como el  arte griego clásico, la posterior sensibilidad helenística y las más remotas influencias  orientales.

En el siglo VI  de nuestra era aparece lo que el volumen enfoca como Primera edad de oro del arte bizantino.  En esta etapa se desarrollan los elementos visuales característicos del arte bizantino, por los que se reconoce su estilo hasta hoy.

En el volumen también se enfocan los períodos subsecuentes como el de la disputa icónica, entre la Iglesia Católica de Occidente  y la Iglesia Ortodoxa de Oriente.  Luego, hacia el final del primer milenio de esta era advino la  segunda edad de oro, y hacia el siglo XIII, la tercera edad de oro.

El segundo capítulo del tomo siete está dedicado al arte producido por el mundo islámico.  Las cronologías clásicas de la historia del arte ubican el nacimiento de esta etapa entre el siglo VII y IX de nuestra era.  Luego de este primer desarrollo el arte islámico tiene  un importante encuentro con el  Occidente en el fenómeno conocido como el   arte Hispanomusulmán que se desarrolló  durante toda la ocupación de la Península.