Aromatizantes naturales que limpian y sanan

Por: ANA ROBAYO

Para muchas personas, el olor es el primer indicador de que un ambiente está limpio. Ante un aroma desagradable, el primer impulso nos lleva a muchos a aplastar un espray desodorizante u otro tipo de ambientales. A pesar de que muchas empresas usan métodos de menor impacto para la capa de ozono, personas sensibles o con afecciones respiratorias sienten molestias en su salud. Para ellos y para quienes  desean optar por lo biodegradable, la mezcla de plantas naturales es una opción.

El ingeniero agrónomo  Manuel Zuquilanda, quien desde hace más de 30 años se dedica a la investigación y producción agrícola orgánica,  explica  que un ambiente limpio no  solo  está libre de olores, sino también de partículas en suspensión,  ácaros, bacterias y microorganismos. Él recomienda quemar  plantas en brasas calientes o hacer vaporizaciones con agua hirviendo para desinfectar y aromatizar.

La ingeniera química Valeria Díaz, de la Corporación Municipal para el Mejoramiento del Aire en Quito (Corpaire), explica que tanto los ambientales químicos como los naturales que se queman contaminan el ambiente. “El impacto del humo de las plantitas es mucho menor y  el problema de los aromatizantes artificiales es que por procesos físico-químicos del ambiente, como la luz solar, el aire u otros elementos  como los contaminantes de autos, se transforman en sustancias peligrosas como ozono troposférico, que es irritante, y   aldeidos, algunos de los cuales exacerban el asma en personas que la padecen”, explica Díaz. Ante esta realidad,

Zuquilanda dice que  nuestros ancestros  utilizaban el guanto en las parcelas sembrándolos en forma de cruz: al norte, al sur, al este y al oeste, así cuando corre el aire por cualquiera de los puntos cardinales se dispersan su aroma que tiene principios desinfectantes y que evita la presencia de microorganismos que producen enfermedades. “Por eso dicen que donde se pone guanto no entra la peste”, dice  Zuquilanda y aclara que en estado natural y sin manipularla la planta no es nociva.

Dejar la comodidad de la vida moderna es difícil pero no imposible. Rubén Silva es un argentino radicado en Ecuador que lleva un estilo de vida mesurado en el uso de químicos. Hace un par de años  empezó a experimentar con mezclas de plantas. De su afán de prepararse una loción natural, salió una mezcla que, él asegura, aleja a los mosquitos. 

Él y su esposa se dedican a la producción continua de productos orgánicos, como frutas deshidratadas. De su experiencia  enfatiza que en la sociedad actual no nos damos tiempo para preparar una vaporizante o de  regalarnos  un baño de hierbas.

“Los procesos científicos e industriales fomentan  el uso de productos que nos hacen cómoda la vida y todo lo solucionamos con dinero. Hemos perdido la capacidad de encontrar alternativas a nuestras necesidades y nos entregamos al mercado”, dice.

PREPARAR MEZCLAS NATURALES IMPLICA  TIEMPO Y ESFUERZO

Palo santo. Aromatizante ícono en el país. Los indígenas lo quemaban desde antes de que llegaran los españoles para disipar los moscos.

Canela. Si la quema, servirá como desodorante ambiental. En infusiones en agua caliente tiene efecto medicinal y se la usa también en la cocina.

Manzanilla  Esta planta tiene principios medicinales pero al quemarla tiene  fines desodorizantes. Queme los pétalos frescos o secos. 

Jazmín   Use los pétalos frescos o disecados  como sahumerio quemándolos en las brasas. El efecto de quemar esta flor es aromatizante.

Sembrar   plantas en los espacios disponibles de casa es otra alternativa. La lavanda y otras especies pueden aromatizar desde una maceta.

Azúcar quemada Quemar azúcar blanca produce un efecto desinfectante, pero se debe abandonar la habitación porque produce humo.

Hojas secas  de árboles aromáticos como pino, ciprés y eucalipto tiene efectos aromatizantes pero también desinfectantes de  los espacios.

Rosa niña,   esta especie no es la de invernadero, crece en el campo o los jardines. Sus pétalos, secos o frescos, al quemarlos  aromatizan.

Menta, toronjil   y hierbabuena. Para hacer un   desodorante ambiental de estas plantas, solo se usan las hojas disecadas en un sahumerio. 

El cedrón  que tradicionalmente se usa para malestares estomacales se puede quemar para dar un buen olor a los espacios de casa.

Las flores  de la canela, conocidas como ishpingo, se queman disecadas para quienes gustan  de esta planta y de sus aromas dulces.

En ambientes cerrados se puede hacer vaporizaciones con agua hirviendo, dos  astillas de canela y un puñado de cáscaras secas de cítricos.
 
Las cáscaras secas de cítricos al quemarse son aromatizantes muy agradables. Solo les toma dos o tres días al sol para secarse.

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