Antigripales deben venderse solamente con receta médica

En el Centro de Salud de Guamaní se atiende a los pacientes que llegan con síntomas que podrían ser de AH1N1. Foto: Armando Prado / EL COMERCIO

En el Centro de Salud de Guamaní se atiende a los pacientes que llegan con síntomas que podrían ser de AH1N1. Foto: Armando Prado / EL COMERCIO

En el Centro de Salud de Guamaní se atiende a los pacientes que llegan con síntomas que podrían ser de AH1N1. Foto: Armando Prado / EL COMERCIO

Los pacientes acudieron al hospital luego de tres y cinco días de presentar los primeros síntomas del virus AH1N1. Eso complicó su cuadro médico. Igual con las personas que se automedicaron.

Ellas fueron atendidas en salas de triaje de unidades médicas y de ahí se hospitalizó a los más graves. En el Ministerio de Salud se levantó informes sobre esos casos y la expansión de la gripe en el 2016. Así se verificó que se reportaron 39 muertes por el virus hasta la primera semana de este mes.

De esa cantidad, el 40% consumió medicamentos por su cuenta para tratar la gripe o llegó de forma tardía a la consulta con los médicos.

Una de las víctimas es de Riobamba (Chimborazo). Se trata de un joven, de 26 años, quien ingirió antigripales sin receta médica. Su cuadro se complicó y falleció luego de ser atendido en un centro público de esa provincia.

Ante ese panorama, los médicos que atienden a los pacientes con AH1N1 en las casas de salud señalan que la automedicación es un problema recurrente en el Ecuador.

Paulina Celi, presidenta de la Asociación Panamericana de la Salud, señala que la automedicación provoca que los pacientes se sientan mejor y no acudan al médico, pero “no se dan cuenta de los signos de alarma” y que el virus sigue desarrollándose en el cuerpo. Luego se presentan con mayor fuerza los síntomas (tos intensa, fiebre mayor a 38 grados, dolor de garganta).

Al pasar esa fase de la enfermedad, vienen las complicaciones más severas como insuficiencia respiratoria y el paciente debe permanecer con respiración artificial.

Al final viene el trastorno de conciencia y complicaciones en otros órganos como el hígado y el riñón.

Por las complicaciones que implican la ingesta de medicinas sin prescripción, Salud dispuso que la comercialización de antigripales se lo haga únicamente con receta médica.

Guillermo Barragán, emergenciólogo del Hospital Carlos Andrade Marín de Quito, dice que ha recibido unos cuatro casos de AH1N1 en este año. Entre ellos hubo casos con problemas por ingerir medicinas sin receta. A su criterio, el problema de la automedicación es cultural ya que la gente está acostumbrada a curarse por su cuenta. Pero, advierte que un paciente automedicado sí puede salvarse ya que las comorbilidades (diabetes, asma, cardiopatía crónica, obesidad) son los mayores riesgos que afronta el paciente que contrae AH1N1 en Ecuador.

Según la Subsecretaría Nacional de Vigilancia Epidemiológica del Ministerio de Salud, el 60% de los fallecidos por el virus AH1N1 presentó problemas de comorbilidad, los cuales agravan las condiciones de los pacientes y los vuelve más vulnerables.

A ese grupo también se suman las embarazadas, niños menores de cinco años y personas de la tercera edad. “En estos casos sus defensas se tornan débiles y son más vulnerables”, precisó Catalina Yépez, subsecretaria de Vigilancia Epidemiológica del Ministerio de Salud Pública.

Por ser un grupo altamente vulnerable, el Ministerio de Salud espera hoy la llegada de 300 000 vacunas para quienes presentan ese problema y pertenecen a ese grupo. El cargamento viene en cadena de frío para precautelarlo en bajas temperaturas. Se lo repartirá en Pichincha y la Sierra centro porque son las zonas en donde se han registrado más casos.

Hasta ahora hay 338 de pacientes con AH1N1 reportados en Ecuador. 188 hombres y 150 mujeres.

Los grupos donde hay mayor incidencia son las personas de entre 41 y 64 años.

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