Antes de ingresar a la planta de tratamiento de agua potable de Tilulum que abastece con 115 litros por segundo a siete zonas de Ambato, un guardia de seguridad pide los documentos de identificación. Luego registra el vehículo y hace preguntas. También recorre el perímetro desde la zona de captación en el río Alajua, pasa por el desarenador y va hasta la planta de tratamiento.
Este protocolo se aplica también en las plantas de tratamiento Miraflores, Casigana, Quillán-Alenania y Apatug, que abastecen de líquido vital a más de 260 000 ambateños. Los controles se intensificaron luego de la contaminación de la red de distribución y de los tanques Troya con aceite quemado de vehículo. Este hecho -calificado por las autoridades como acto terrorista- es investigado por la Fiscalía de Delitos Ambientales. Afectó a 60 000 habitantes de los sectores Miraflores, Cashapamba, Atocha, Ficoa, Catiglata, el centro de Ambato, Ingahurco y otros, que se quedaron sin provisión del servicio por más de 48 horas. Ocurrió el martes 21 de junio durante el paro indígena. Los responsables, aún no identificados, rompieron las seguridades e ingresaron al tanque de la vertiente Santa Rosa en la antigua vía Flores. Vaciaron 40 litros de carburante transportados en dos canecas de 20 litros cada una.
Eso alarmó a los habitantes de Ambato. Por las redes sociales se informó que el líquido vital contenía aceite quemado. Las medidas urgentes adoptadas por los técnicos de la Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Ambato (Emapa) impidieron que el agua llegara a más sectores.
La limpieza
Especialistas del Laboratorio de Calidad del Agua de la Emapa recogieron muestras en la ciudad. En pruebas fisicoquímicas se encontró un alto grado de plomo, producto del carburante. Lo puntualizó un informe preliminar emitido.
El documento detalla que en la red de distribución que conduce a los tres tanques de reserva Troya, de 2000 metros cúbicos cada uno y en diversas viviendas afectadas se detectó un alto contenido de plomo: 0,03 miligramos por litro cuando lo permisible es 0,01. Las muestras se recolectaron el martes 21 y miércoles 22 de junio.
Xavier Espinoza, gerente de Emapa, afirmó que con la alerta y cierre de válvulas de los tanques Troya se evitó enfermedades estomacales y afecciones en la piel. En las muestras del 23 y el 24 de junio, luego de la limpieza de instalaciones y tuberías, ya no se detectó el metal pesado. Por eso se restableció el servicio luego de 48 horas. Afirmó que quien cometió el acto vandálico sabía cómo hacer daño.
Edison Pulistar, director Distrital de Salud de Ambato, manifestó que conocida la contaminación se alertó a las casas de salud. No se evidenció un crecimiento en la tasa de casos gastrointestinales ni dermatológicos. “El nivel de alerta fue rápida y se cortó el suministro de agua potable, eso ayudó”.
Cristian Sierra verifica el agua que sale del grifo de su casa en el centro de Ambato todos los días, para ver si no está contaminada. Asegura que bebió los días del paro un bocado de agua con olor a hidrocarburo, que tenía pintas negras de aceite.
Investigación en la Fiscalía
El martes 5 de julio el alcalde de Ambato, Javier Altamirano, rindió versión en la Fiscalía de Tungurahua donde se lleva el proceso. Las concejalas María López y Anabell Pérez siguen el caso.
En las plantas de tratamiento y de captación mejoró el control y aumentaron guardias privados. También se estudia instalar cámaras para monitoreo en tiempo real. “Solicitamos la ayuda de las comunidades indígenas donde están las fuentes de captación para que nos ayuden en el control al ser los guardianes del agua y de la ciudadanía para que denuncien cualquier hecho terrorista”, manifestó el Burgomaestre. El lunes 11 de junio se iniciará la segunda etapa de limpieza de 100 kilómetros de tubería contaminada. Se aplicará un químico que removerá cualquier incrustación de aceite. La Emapa contrató a una empresa especializada a un costo de USD 170 000.