El primer ministro de Hungría, Viktor Orban, advirtió ayer que la pared de un embalse industrial dañado podría derrumbarse, lo que causaría otro vertido de lodo rojo. Mientras tanto, una población cercana estaba siendo evacuada como medida de precaución.
Alrededor de un millón de metros cúbicos de desechos fueron vertidos desde el embalse de una planta de alúmina sobre varias aldeas y canales esta semana en Hungría, causando la muerte de siete personas, causando heridas a otras 123 y contaminando algunos ríos, incluyendo un afluente del Danubio.
Orban dijo que el Gobierno estaba preparado para asumir todo el costo de los esfuerzos de rescate y recuperación, pero era demasiado pronto para precisar cifras sobre el tamaño de los daños. Previamente, Gyorgy Bakondi, responsable de la Unidad Nacional de Desastres, dijo al diario Magyar Nemzet en una entrevista que la cifra final podría ascender a unos 10 000 millones de florines (unos USD 48,6 millones).
Tras calificar el vertido como la peor catástrofe ecológica de la historia del país, el Primer Ministro dijo que existía un alto riesgo de que hasta 500 000 metros cúbicos de lodo rojo aún más denso escapen debido al deterioro de una pared en la parte más débil del embalse.
El Premier afirmó que el país centroeuropeo tiene las herramientas necesarias para evitar que más contaminación llegue al Danubio a través de ríos más pequeños si se produce un nuevo vertido. Además, sostuvo que como medida de precaución 715 personas fueron evacuadas desde la aldea de Kolontar, gravemente afectada por el derrame del lunes pasado, hasta el pueblo de Ajka.