Redacción Quito
Cientos de conductores esperan que se agiliten los trámites de legalización de sus unidades ejecutivas para trabajar en el Distrito, una vez que se aplique la medida de restricción vehicular.
El presidente del Frente Nacional de Transporte Ejecutivo (Frenatem), Jorge Chalapud, rechazó la medida de restricción vehicular propuesta por el Cabildo. Según el dirigente, la aplicación de la medida afectará a cientos de conductores que prestan servicio de transporte de pasajeros, en sus taxis ejecutivos.
En Frenatem, por ejemplo, hay cerca de 600 taxis ejecutivos asociados a la empresa. El problema, dice Chalapud, es que la restricción vehicular también prohibiría la circulación de taxis ejecutivos porque todos los vehículos tienen placas particulares.
William Cueva, quien trabaja como taxista ejecutivo desde hace siete años, aseguró que perderá medio día de trabajo cuando se aplique la medida restrictiva. “Las horas pico son las de mayor demanda para los taxis ejecutivos”.
Alfonso Arias también sabe eso, pero aseguró que no se arriesgará a una posible sanción, aunque lamentó el hecho de que perderá muchos clientes en las horas que no pueda circular. “Tocará pasar el viaje a un compañero o negar el servicio al cliente”.
Aunque la modalidad del servicio ejecutivo fue reconocida en la Ley de Tránsito vigente, el trámite para la legalización y obtención de permisos de operación aún continúa en la Comisión Nacional de Tránsito (CNT).
La mañana de ayer, los conductores asociados al Frenatem se concentraron en la central operativa, en el sector de San Enrique de Velasco, en el norte.
Ahí, los representantes de la Comisión Nacional de Transporte constataron las condiciones de una de las centrales operativas de la empresa de transporte. También verificaron los documentos legales y las condiciones de la flota de vehículos que prestan el servicio ejecutivo.
Los funcionarios explicaron a los choferes que la Comisión solo entregará los permisos de operación una vez que se cumplan todos los requisitos que señala el reglamento. Hasta entonces no se podrán entregar las placas anaranjadas, que corresponden al servicio público. Tampoco se concederán autorizaciones para el cambio de color de las unidades.
En marzo se espera el resultado del estudio de factibilidad que determinará el número de taxis que pueden operar en la ciudad.
Opinión de tres ciudadanos sobre la restricción vehicular
Omar Medina/ Mecánico
‘El trabajo se complicaría’
La aplicación de una medida que prohíba la circulación de carros particulares afectaría a las actividades laborales de mucha gente que depende de sus autos.
En mi caso, por ejemplo, no podría movilizarme para recoger las máquinas que debo reparar en mi taller de mecánica. Tampoco podría ir hasta Conocoto o Carapungo, donde consigo el material que hace falta en el taller. Si no puedo utilizar mi camioneta para entregar o recoger los pedidos perdería clientes.
Movilizarse en bus resultaría muy incómodo y perdería mucho tiempo. Contratar una camioneta de servicio público también es difícil y muy costoso.
Además, creo que la medida de restricción no ayudaría a mejorar los niveles de congestión que existen actualmente. Esto porque la forma alargada de la ciudad hace que las pocas vías principales que atraviesan la cuidad terminen congestionándose en los famosos cuellos de botella.
‘Ir en moto es peligroso’
Fernando Chiriboga/ Empleado
La circulación en moto no se vería afectada con la medida, pero si deberían pensar en aplicar algún tipo de restricción para este medio de transporte, ya que durante los últimos años el número de motociclistas ha aumentado en la ciudad y esto también contribuye a la congestión vehicular.
Mi moto es mi medio de transporte diario y hasta ahora no he tenido ningún tipo de problema por viajar en ella.
En moto me traslado de un lugar a otro sin mucho problema y la aplicación de una medida restrictiva me ayudaría y me conviene para circular libremente por cualquier lugar de la ciudad, además que sí ayudaría a disminuir la cantidad de carros que hay. Pero si fuera dueño de un carro me afectaría mucho, ya que no podría circular cualquier día.
La cantidad de vehículos también se ha vuelto un problema para la seguridad del motociclista, por eso ahora hay que ir con más cuidado en las calles.
‘Los negocios se afectarán’
Esteban Jerez/ Empleado
Con la aplicación de una medida restrictiva, varios negocios se verán afectados y el trabajo en la gasolinera también.
Cuando se aplique la medida, el flujo de carros dejará de ser el mismo que hay hoy en día y el consumo disminuirá. Hoy la gasolinera está llena constantemente y la demanda por el servicio es grande por la cantidad de carros que hay en la ciudad.
Actualmente, solo durante el día, se vende alrededor de USD 8 000, pero si se aplica la medida restrictiva a los carros, podríamos perder unos USD 1 000 diarios, según lo que hemos pensado, esto significa un problema para la empresa y para los empleados. Esto, además, podría traer problemas económicos y despidos. Pero también hay que pensar desde el otro lado, como usuario del transporte público. En ese sentido yo no tendría inconvenientes, ya que el tráfico podría fluir de mejor manera y las congestiones ya no serían igual.