En 1949 la Corte Suprema de Justicia, en concordancia con la Corte Superior de Riobamba y el Juez Primero del Crimen, conocieron y juzgaron el caso de un desfalco producido en la Gerencia de Estancos, por la cantidad de 12 986,49 sucres.
Al pasar los años encontramos que con un solo abuso auxiliado por ‘tecnología de punta’, en el sector público se ha producido un faltante de USD 39,4 millones. Han utilizado el sistema informático que maneja el Presupuesto del Estado.(e-Sigef)
En 1949 no había ni asomo de la informática actual, pero la justicia era terminante con quienes perjudicaban al Estado, apropiándose de dinero o bienes públicos.
En lenguaje que no está en la comprensión del ciudadano común, se conoce que el Sistema de Información de Gestión Económica y Financiera (e-Sigef) permite realizar ‘vía Internet’ los pagos del sector público. Determinadas personas han estado transfiriendo cantidades a cuentas particulares, sin que esos pagos tengan antecedente de contrato o de servicio alguno.
Puesto que debemos marchar a tono con la tecnología, desde el año 2003 hicieron gestiones ante el Banco Mundial por un préstamo para adquirir los aparatos necesarios y hacer posible el sistema de información resumido en la palabra e-Sigef.
En el año 2008 han realizado pagos dobles, por error, pero los recuperaron íntegramente. Todavía no sabíamos manejar correctamente este sistema informático.
El desvío de recursos obedece a una violación expresa de la normativa ‘en el manejo de claves’.
En julio del año pasado 2011 la Fiscalía recibió denuncia de un desvío de fondos del Instituto del Niño y la Familia, adscrito al Ministerio de Inclusión Económica y Social. Uno de los funcionarios, en descargo alegó que “existe mucho trabajo” y, por ello, “compartió” su clave para que le ayudara una compañera. Esto porque no hay control suficiente.
Del 4 al 24 de mayo del presente año, en el Ministerio del Ambiente habían desviado USD 7,6 millones del presupuesto de esa Dependencia, a cuentas bancarias de unos 40 beneficiarios. Para tener una idea: alguien ofreció prestar al amigo USD 5 000, los depositó en la cuenta bancaria; pero cuando el prestatario constató, en lugar de USD 5 000 habían depositado USD 80 000. Este método, con cuentas bancarias prestadas, está en investigación por los alcances que podría tener.
En esta clase de perjuicios con ayuda electrónica deben haber intervenido personas que conocen de informática, sin posibilidad de que los empleados antiguos –de quienes están prescindiendo- puedan controlar y alertar a los superiores. Pero no se preocupen: los bobos, a título de impuestos, aportes y multas, continuaremos entregando dinero a las entidades públicas para que algunos vivarachos, usando la ‘tecnología de punta’ se beneficien con nuestro dinero. ¿Lo recaudarán?