Las sopas ecuatorianas forman parte de un amplio menú en el restaurante Las Sopas de Siempre. Foto: Patricio Terán /Sabores.
En todos los países existe al menos una receta que funciona como embajadora de los sabores de su tierra, entre esas siempre destacan las sopas. Esas recetas de caldos hirviendo que auguran bienestar al enfermo o calentar el cuerpo en bajas temperaturas.
El potaje data sus orígenes en Europa, en donde se ablandaban alimentos como el pan con caldos. El chef Édgar León, autor del libro ‘Sopas: Identidad del Ecuador’ tiene la creencia de que los caldos mejoraron con el aporte de los ingredientes de América. La papa, yuca o el verde ensalzaron las sopas al combinarse con ingredientes europeos como la cebolla o el cerdo.
En España y México existen sopas de identidad a base de tomate. En verano los españoles disfrutan del gazpacho, una cocción que se come fría. El potaje mexicano combina los tomates con sus tradicionales tortillas de maíz, queso y aguacate. Jennifer Parra, chef del restaurante Rosa Mexicano explica que esta sopa se come en las casas y las hierbas como el paico marcan el sabor.
a sopa de tortilla del restaurante Rosa Mexicano se sirve con queso, chile, chicharrón y queso crema. Foto: Paul Rivas /Sabores.
Ecuador posee sopas en cada región. León ha registrado en su investigación 4 754 recetas de sopas locales. Marco Dávila, propietario de Las Sopas de Siempre, encontró que el caldo de pata de gallina, de bolas de verde y el locro quiteño eran los más apetecidos y los sumó a su menú para ofertarlas ya que por su larga cocción se pierden en los hogares.
Un potaje que podría considerarse primo de los locros ecuatorianos es el ajiaco colombiano. Mario Aparicio, administrador del restaurante Rancho de Juancho, explica que la receta bogotana difiere con la ecuatoriana porque el caldo de papas se cocina y se sirve con pollo.
Para el ajiaco de El Rancho de Juancho se cocina la papa chola y criolla con el pollo entero, lleva guasca (hierba), sal, comino y orégano. Se sirve con crema de leche y alcaparras para combinar. Foto: Julio Estrella / Sabores.
Una elaboración un tanto más lejana es el ramen japonés. Un caldo de fideo que se come en las calles de Tokio así como en eventos especiales. Jorge Oquendo, propietario de Saito Bistro Japonés, explica que la cocción es larga y tiene al cerdo como base. Para comerlo, dice Oquendo, los comensales deben absorber los fideos de forma sonora para señalar que el plato está bueno.
Las sopas aumentan su demanda en épocas frías, pero nunca cesan los pedidos por su variedad de sabores.