El blog se creó en la Universidad de Brown en Providence, Rhode Island. Foto: Captura.
Los estudiantes de Emily Contois cerraron el semestre de Comida y Género en la cultura popular estadounidense de la Universidad de Brown en EE.UU. con el blog Food + Gender . Un curso universitario de cocina suena bastante divertido, pero Contois logró más que entretener a su clase. Con análisis de ensayos y artículos como el de Charlotte Druckman ‘¿Por qué no hay grandes mujeres chefs?’ o la lectura de Katherine Parkin sobre las sopas en ‘Las sopas Campbell y la larga vida de los roles de género tradicionales’, Contois acercó los roles de género predominantes en la cultura y motivó la reflexión personal en cada artículo.
El blog registra temáticas diversas en las que la cocina y el género son norma para muchas culturas y por ende pasa desapercibido para las generaciones venideras. Desde el hogar las prácticas culinarias que se analizan muestran el choque generacional o cultural que se vive alrededor de la mesa.
Mi padre iraní y su viaje hacia la cocina es uno de los artículos más completos. El escritor Helya Azadmanesh-Samimi cuestiona las intenciones de su padre al acercarse a la cocina luego de que se jubilara y su esposa entrara a trabajar a tiempo completo. Desde una perspectiva de género, Samimi descubre que, para su padre, la mujer es más emocional en la cocina y para él alejarse de esa feminidad se convierte en algo esencial. Justifica su presencia en este espacio como un proceso más racional al elaborar las recetas siguiendo un proceso más técnico que emocional.
Por su parte Sonia Mittal abre este debate: es una opción personal que las mujeres decidan quedarse en casa cocinando. Para ello, cuenta la historia de su madre y su vínculo con la comida desde una perspectiva abierta, sin obligación. Mittal desglosa los deseos de crear de su madre y encuentra que para ella la cocina es un balance en donde encuentra una forma de expresarse. “No lo ven (ni su madre ni su abuela) como una obligación para poder casarse sino como una salida de su creatividad e independencia”.
El curso también realizó un análisis de los libros de gastronomía modernos para ver cómo trabajan la construcción de género. Desde Martha Stewart hasta Rosanna Pansino, se destapan capas que difieren de los textos de cocina elaborados por hombres.
El abuso de las imágenes de Pansino en su libro ‘Nerdy Nummies’ es una de las críticas de Julia Christensen . La belleza de la chef llega a primar por la cantidad de fotografías de ella en vestuarios y maquillaje sin platillo alguno, dejando de lado el contenido de las recetas.
En un país de migrantes, las culturas y su fusión también fueron evaluadas. Michel Zabat elabora un profundo trabajo de investigación sobre la importancia de las mujeres en el desarrollo de la comida filipina y su rol en el surgimiento de su cocina en EE.UU., dejando atrás la vergüenza por sus propios ingredientes. Para Zabat, “la cocina en Filipinas es un método de resistencia que las mujeres aprovechan para defender un espacio confinado solo al hombre: llevar el sustento al hogar”.
Food + Gender escruta también los espacios que ocupa la mujer en la industria de los alimentos, el rol de los nuevos medios y redes sociales, los ‘millenials’ y la publicidad de comida en su vinculación con la mujer. Con detalles históricos e historias personales, el blog resulta una lectura obligada para quienes encuentran en la cocina una herramienta de libertad y un desfogue creativo que en el siglo XXI no debería distinguir géneros.