En el Parque de la Carolina se encendió un candelabro judío el domingo. Foto: Galo Paguay / El Comercio
En la primera noche una vela colocada en el candelabro y otra en un servidor son encendidas con una mínima cantidad de aceite puro. Cada día se aumenta una hasta completar las ocho. Mientras se las prende, se recitan bendiciones, en hebreo. El significado de esta actividad judía es recordar el milagro del candelabro que ardió durante ocho días seguidos con una mínima cantidad de aceite.
Esta celebración es la más importante que se realiza durante Hanukkah o Fiesta de la Luces, realizada por el pueblo judío. La celebridad empieza en la víspera del día 25 del mes hebreo de Kislev y dura ocho días. La fecha del inicio de esta festividad varía cada año en el calendario occidental, aunque se presenta a finales de noviembre y diciembre. Precisamente en este año se desarrolló desde el 16 de diciembre y finalizó ayer (23 de diciembre).
Tomer Rotem, gran rabino y emisario del Rebe de Jabad Lubavitch para Ecuador (Difusión del Judaísmo) indica que las luces de Hanukkah o Janucá (en español) celebran el triunfo espiritual del sacrificio personal de aquellos que mantuvieron viva la llama de la fe de este pueblo cuando estaba bajo el imperio griego. “La cultura helenista se imponía por sobre todas las culturas existentes y era considerada por muchos como la cultura del futuro”.
La Navidad, a pesar de ser una de las festividades más importantes del año, no todos los países la celebran. La cultura, la tradición y la religión son los principales motivos.
Según cifras del Vaticano, hay cerca de 1 200 millones de católicos romanos en el mundo. Mientras que América Latina tiene 483 millones. Además, se establece que de los 10 países del mundo con más católicos, cuatro están en Latinoamérica.
Sin embargo, existen personas con otras religiones en cada país. Por ejemplo en Ecuador se calcula que hay 1 000 judíos, aproximadamente.
Rotem explica que para el pueblo de Israel, la Navidad es un tema de idolatría. A pesar de que los judíos tienen en sus escrituras la historia original de Jesús, no lo consideran ni profeta ni santo.
Los judíos todo el año están ordenados de estudiar la Torá (texto que contiene la ley y el patrimonio del pueblo israelita). Sin embargo, la noche del 24 de diciembre no la estudian. El objetivo es no dar fuerza ni energía a la celebración de los católicos. Por ello se dedican a realizar otras actividades como jugar ajedrez, ya que se constituye como un ejercicio mental.
Los judíos que viven en los países cristiano-católicos tienen como costumbre hacer regalos a los niños en los días de Hanukkah, para que no tengan celos de la entrega de obsequios que se realiza en la Navidad. La costumbre original de la celebración judía era regalar a los pequeños dinero.
Esta festividad se celebra entre familia y amigos. Durante las noches se enciende velas en un candelabro llamado hanukkiah o januquiá, que se constituye como un símbolo característico.
La comida que se prepara durante esta celebración son latkes (panqués de papa) y sufganiyot (donas de jalea), las cuales están fritas en aceite.
Durante este domingo los judíos del Ecuador encendieron un candelabro gigante que se encuentra en el parque La Carolina, en el norte de Quito. Esta actividad la realizan hace 10 años, con el fin de publicar el milagro.
También otros países no celebran la Navidad como la República Popular China. Sin embargo, en las grandes ciudades del país como Pekín, Hong Kong, Shangái y Cantón se celebra esta festividad, ya que en estos lugares vive un gran número de expatriados que han ayudado a extender la tradición.
Precisamente, el espíritu de la Navidad inunda las calles del gigante asiático, una celebración que dispara el consumo entre la población china y que cada vez cobra mayor importancia en las familias de clase alta, donde esta tradición occidental gira en torno a la fiesta y la comida.
En los últimos años y especialmente entre los más jóvenes existe una tendencia creciente de celebrar la Nochebuena y la Navidad. Por ello, en algunos casos se organizan cenas con amigos en las que intercambian tarjetas de felicitación y regalos.
En Japón la Nochebuena es, igual que San Valentín, una cita obligada para disfrutar en pareja y en un ambiente romántico, algo que impone una presión social cada vez mayor a los solteros y comienza a generar cierto espíritu antinavideño.
Existen rituales un tanto extravagantes y exclusivos de Japón para estas fechas. Por ejemplo, se come pollo frito (a falta de pavo) o “tarta de Navidad” (un bizcocho recubierto de crema y fresas, que recuerda a la vestimenta de Papá Noel).