La repulsa que Hugo Chávez recibió ayer desde Australia hasta Venezuela, pasando por Colombia y España, siguió a otra que el líder bolivariano encajó el martes pasado en el Senado brasileño. Ese día, la Cámara Alta del Congreso de Brasil aprobó un “voto de censura” contra el autoritarismo del Régimen chavecista.
La moción fue planteada por el senador Flexa Ribeiro, del Partido de la Socialdemocracia Brasileña, y recibió el aval de la Comisión de Relaciones Exteriores. Con la aprobación, el presidente del Senado brasileño, José Sarney, entregará el texto de censura al Parlamento venezolano.
En el texto, Ribeiro afirma que Chávez impide uno de los principales derechos de la democracia, que es la libertad de prensa. “A través de la lideresa del partido pro Chávez UPV orquestaron una invasión a la única emisora de TV que no fue censurada o cerrada, dejando clara su intención de privar a los venezolanos de obtener informaciones imparciales y privando al pueblo de uno de los principios básicos de la democracia, o sea, la libertad de prensa”.
Para Ribeiro, Chávez refuerza su imagen de dictador al querer “comprar las noticias” al apoyar un proyecto que prevé la prisión de periodistas y otros profesionales de la prensa que cometen los llamados ‘crímenes mediáticos’.
“Confirmando su imagen de dictador, llevaron a la Asamblea Nacional, a través de la fiscal Luisa Ortega Díaz, un proyecto de ley que prevé la prisión de periodistas y otros profesionales de la prensa que cometen los ‘crímenes mediáticos’, queriendo claramente
manipular a la opinión pública al comparar cualquier noticia periodística de inclinación opositora a un crimen”, agrega.
El voto de censura también afirma que “el Gobierno brasileño respeta la soberanía entre los países, mas no puede callarse delante del avance del estado dictatorial en Venezuela”. La resolución se emitió a pocas semanas de que el Senado analice la incorporación de Venezuela al Mercosur.