Los nombres son poco conocidos. Se llaman trichuriasus, filariasis linfática o anquilostoma. Son 15.
Todas son de origen infeccioso y la Organización Mundial de la Salud (OMS) las llama “enfermedades olvidadas” o desatendidas. En Ecuador, científicos de la Universidad de las Américas (UDLA) y de la Católica las estudian.
¿Por qué se denominan así? Porque afectan a muchas personas a escala mundial, pero los países en vías de desarrollo no tienen los recursos necesarios para tratarlas y estudiarlas. Así lo señala Jaime Costales, investigador principal del Centro de Investigación en Enfermedades Infecciosas (CIEI) de la Universidad Católica de Quito.
Por ello, en Ecuador los investigadores intentan conocer cómo se desarrollan los virus y los parásitos en los insectos que provocan estas enfermedades. La idea es crear nuevos fármacos para el tratamiento.
Así trabajan en el Centro de Investigación Traslacional de la UDLA. Allí, l as células son cultivadas en placas y colocadas en equipos especiales que simulan un ambiente natural. La manipulación de estas muestras es cuidadosa. Los especialistas usan guantes y trajes especiales para protegerse.
Cuando las células crecen, los científicos de este Centro colocan parásitos de leishmania (otra enfermedad catalogada como olvidada) para que se reproduzcan.
Sara Cifuentes, investigadora y docente de esta universidad, indica que en el laboratorio también se propagan virus, como los que provocan el dengue.
La idea es que crezcan en otras células. “Estas muestras están en un área diferente de los otros cultivos ya que son microorganismos infecciosos y pueden ser peligrosos”, señala Cifuentes.
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Los especialistas indican que las cepas que son resistentes son tratadas con extractos de plantas con la finalidad de determinar si son susceptibles. Por ello, se propagan los virus o parásitos para tener un ‘stock’ de muestras y, así, probar medicamentos nuevos.
Según Patricio Ponce, docente e investigador de la UDLA, estos males debilitan y empobrecen a las poblaciones y regiones afectadas. El Centro Traslacional tiene proyectos que están orientados a obtener información biológica de los vectores del dengue, malaria y leishmaniasis.
Estos datos que se obtendrán de los mosquitos vectores incluirán la resistencia a insecticidas, el potencial de ‘infectividad’ y estudios moleculares, y desarrollo de modelos matemáticos predictivos.
La OMS, en su página web, indica que las enfermedades tropicales desatendidas afectan a cerca de 1 000 millones de personas en el mundo y en particular a las poblaciones residentes en zonas de climas tropical y subtropical. Generalmente se agrupan varias de ellas en una misma región geográfica y los pacientes a menudo están atacados por más de una.
Más del 70% de los países afectados por estas enfermedades tienen economías de ingresos bajos o medios-bajos.
La U. Católica también estudia estas afecciones. Una de ellas, el chagas, afecta al corazón y los órganos digestivos.
Costales indica que para estos análisis, los especialistas recolectan chinches (insecto transmisor) para cultivar su contenido intestinal. Esto porque el parásito vive en los intestinos de esos insectos. Los estudiosos los colocan en medio de un cultivo con líquidos que tienen los nutrientes necesarios para que el parásito crezca y se reproduzca.
Ana Villacís, entomóloga médica de la Católica de Quito, sostiene que las antenas y las alas de los insectos, en especial de los chinches, sirven para obtener los resultados de la morfología, morfometría y estudios moleculares. Marco Neira, investigador principal de mosquitos, menciona que para entender qué enfermedades hay en el país es necesario comprender y conocer qué insectos pueden transmitirlas.
Punto de vista
‘El estudio se centra en cultivos’
Manuel Baldeón. Director de Investigación Traslacional de la UDLA
Es importante distinguir a las enfermedades raras y las olvidadas. Las primeras tienen una baja prevalencia en las poblaciones. Mientras que las segundas afectan a millones de personas a escala mundial, en especial a las personas que viven en países en desarrollo y subdesarrollados. Este tipo de enfermedades tiene carácter infeccioso. Ecuador, al estar ubicado en la zona subtropical, registra enfermedades que van desde las infecciones intestinales por gusanos hasta las que causan problemas cardíacos y daños en la piel. Por ello, los centros de investigación realizan estudios para determinar el desarrollo de los parásitos y virus en los vectores. Pero el problema de estos estudios es que se quedan en pruebas ‘in vitro’, ya que los científicos tenemos dificultad para comprar animales para la investigación de nuevos fármacos locales, así como plantas del país.
En contexto
Un comité de expertos de la Organización Mundial de la Salud se reunió en diciembre del 2013 para recortar una lista de 24 propuestas de investigación provenientes de todo el mundo.
Estas apuntaban a combatir enfermedades que afectan a países en vías de desarrollo.
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