Río de Janeiro, IPS
Granos más, granos menos, Brasil tendrá este año la mayor cosecha de oleoginosas, leguminosas y cereales de su historia.
Pero lo que algunos consideran un nuevo ejemplo de la fortaleza de la economía de este país sudamericano, solo confirma para otros la opción por un modelo agrario equivocado.
Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), que depende del Ministerio de Planificación, Brasil obtendrá este año una cosecha de más de 145 millones de toneladas de granos. Presentados con bombos y platillos, los dos reportes apuntan al mismo resultado: “la robustez del agronegocio brasileño”, dijo Fernando Ribeiro.
Hay que destacar “la buena noticia” del aumento de la cosecha aun en condiciones desfavorables, como los coletazos de la crisis financiera internacional que dejaron sus surcos en el campo, dijo Ribeiro, de la Fundación Centro de Estudios de Comercio Exterior (Funcex).
Según el IBGE, la cosecha se incrementará en 8,5% respecto del período anterior y superando a la de 2007-2008, que fue de más de 144 millones de toneladas, y es hasta ahora la mayor de la historia de este país.
“Estamos llegando al récord nacional, con gran posibilidad de superar esa marca”, dijo el ministro de Agricultura, Reinhold Stephanes. La expansión es atribuida a las buenas lluvias, la disminución del precio de los insumos agrícolas, el aumento del crédito estatal para el campo y el estímulo en la subida del precio internacional de la soya.
Pero el dirigente João Pedro Stédile, uno de los coordinadores nacionales del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra y miembro de la red internacional La Vía Campesina, derrumbó la euforia. “El anuncio de la cosecha récord no trae ninguna novedad sobre la estructura de la producción agrícola”.
Se “revela, al contrario, que el agronegocio se convirtió en el modelo que transformó a Brasil en mero exportador de materias primas agrícolas sin ningún grado de industrialización, para atender los intereses de las empresas transnacionales”.
El 80% de la producción agrícola brasileña está dominada por cuatro productos: maíz, soya, café y caña de azúcar.