En épocas de pesimismo, después de haber pasado por la recesión más larga y más profunda de nuestra historia, luego de una pandemia que se llevó a más de 70 000 personas, las buenas noticias deberÃan gritarse a los cuatro vientos.
Por alguna indescifrable razón, tenemos un gobierno que no sabe contar las buenas noticias. Y hay dos, muy recientes, que deberÃan contarse, anunciarse y promocionarse por todos los medios disponibles.
Las buenas noticias son que tenemos dos lÃneas de crédito, aprobadas por dos de las instituciones financieras más sólidas del planeta, para que el Banco Central del Ecuador las pueda usar en caso de necesitar liquidez.
La primera lÃnea, por (nada más y nada menos que) mil millones de dólares, acaba de ser concedida por la Reserva Federal (FED) de los Estados Unidos y permite acceder a recursos en caso de emergencia. No es un cheque en blanco pues requiere redescontar documentos, pero eso no es lo relevante.
Lo realmente importante es que esto sirve como un seguro que no deberÃa usarse nunca y que existe para dar tranquilidad a los mercados. Para un paÃs dolarizado, el respaldo de la FED es algo que no tiene precio. Y, por cierto, mientras no lo usemos, no nos cuesta nada.
La segunda lÃnea de crédito, relativamente similar a la anterior, es del Banco de Pagos Internacionales (o BIS por sus siglas en inglés) con sede en Basilea, Suiza. Esta lÃnea ya existÃa, pero se duplicó el año pasado de 420 a 840 millones de dólares. El BIS es una especie de banco de bancos centrales y es de lo más sólido que hay en la economÃa.
En resumen, el Ecuador cuenta ahora con lÃneas de crédito que permitirÃan acceder a una liquidez equivalente a casi 2% del PIB y eso es como tener un auto con un gran seguro y un enorme guardachoque. En serio, dos grandes noticias que merecen más cacareo.