Fue interesante, por cierto, la visita del Gran Jefe de la gigante China, Xi Jinping, a Quito, acompañado de su esposa, varios ministros y un buen número de millonarios; y bien atendido por el presidente Correa, su esposa y algunos ministros que ya están preparando su salida.
El presidente Jinping está bien sentado en su solio desde hace tres años, luego de que reemplazó al presidente Hu Jintao, quien gobernó diez años. Dos poderosos cuatrimotores de Air China aterrizaron en Tababela.
El visitante y el Jefe Rafael inauguraron desde Quito la mayor hidroeléctrica del país -Coca Codo Sinclair-, financiada y construida por los chinos y hablaron de un tema complejo. Nada menos que de iniciar la negociación para el crédito que dará vida a la Refinería del Pacífico, cuya primera piedra festejaron allá por el 2008 Correa y Hugo Chávez. Ecuador busca USD 13 000 millones. Es un tema discutido y que merece ser muy meditado, examinando metro a metro los pro y los contras.
La China de Xi Pinping es muy diferente a la de antaño. Hasta 1949 era un país pobre, con un jefe, Chiang Kai Shek, amigo de USA, que ese año fue derrocado por los comunistas encabezados por el gran luchador Mao. Los chinos siguieron pobres hasta que, allá por 1978, apareció un gobernante singular, que cambió el panorama.
Deng Xiao Ping planteó la modernización agrícola, industrial, técnica y de la defensa. Por añadidura liberalizó la iniciativa privada e impulsó la inversión extranjera. Llegó al extremo de afirmar que ser rico no es malo sino glorioso. Luego tomó un avión y se fue a ver un partido de la NBA en Nueva York. Pero se cuidó, para que no le den un garrotazo, de mantener la vigencia de un partido único: el comunista. Murió en 1997. Por él, pues, y por otros detalles que no conocemos, no faltan los millonarios en un país gigante y ex lleno de pobretones. País -además- muy amigo del Ecuador desde que el Jefe Rafael expulsó a una embajadora y a una base militar yanquis y necesitó de unos préstamos para llegar más o menos sano y salvo a los diez años, hablando de una buena decena.
El presidente Jingping y sus ministros están interesados, entre otras cosas, en América Latina. Viajaron a Lima y luego irán a Santiago. El Perú está gobernado por un personaje interesante, Pedro Pablo Kuczynsky, muy relacionado con USA pero que viajó feliz a China apenas fue invitado. PPK no escatima amigos y también puede necesitar préstamos.
En Chile está terminando su ingrato período la señora Bachelet y un candidato a repetir su período es el derechista Sebastián Piñera.
Tampoco les importa mucho a los chinos. Saben que su gran rival, Estados Unidos, estará pronto con un nuevo presidente que afrontará tantos problemas que solo podrá dedicarse a América Latina en un tema: construir un muro y por añadidura expulsar mexicanos.