* Para variar, ¿qué dicen los chismes del mes de julio? Algo de todo. Aquí, cerca o lejos. Hasta se cae un Gobierno, felizmente muy lejos. Allá en El Cairo. Cayó Morsi -elegido en las urnas- y subió Mansur. Un golpe, en pocas palabras. Es decir, algo muy malo en cualquier continente. No somos hinchas de Morsi pero sí de la Constitución.
* Otros personajes de la semana fueron, por supuesto, Snowden y Evo, el uno en el hermoso aeropuerto de Moscú y el otro en el aeropuerto de Viena. Muy feo, claro, lo que le hicieron los europeos al Jefe boliviano. Una metida de pata que no quieren reconocer. Ni disculparse.
* Evo tardó dos días en su viaje Moscú-La Paz. “Solo por ser indígena y antiimperialista”, comentó. Felizmente su avión francés estuvo a la altura. Luego la solidaridad latinoamericana fue unánime y amistosa. Pero…
* “No estamos todos los que somos ni somos todos los que estamos”, fue uno de los comentarios en Unasur. Faltó el bloque del Pacífico y con los presentes se aprobó exigir a los orgullosos europeos “que pidan disculpas” por su fea actitud. ¿Quién planteó el pedido de disculpas? ¿Cuál Presidente? Adivina adivinador.
* Míster Snowden, analista de la CIA, tuvo fácil salir de Hong Kong a Moscú. Basta un salvoconducto ecuatoriano que, por cierto, tenía su historia. “Gracias Assange”, murmuró pero luego fue descubriendo algo que no esperaba. “Somos socios con USA”, dijo el presidente Putin. La URSS es un recuerdo histórico.
* Snowden renunció al asilo ruso y puso una condición para el país que le quiera conceder un asilo para el resto de su vida. Que le permita seguir filtrando al mundo los secretos del súper espionaje estadounidense, nada menos. Hizo una veintena de pedidos y terminó recibiendo las ofertas de Venezuela y Nicaragua. Falta algo importante. Un viaje a Caracas o Managua. Solo eso.
* ¿Y el asilo ecuatoriano, que tanto entusiasmó a Assange y sus amigazos? Chao, en buena hora. Punto. Y de paso una lección: no hay que ser tan temperamentales. Mejor era, Jefe, esperar que las cosas sucedan y tratar el tema arancelario andino cuando hablen las autoridades gringas y doña Nathalie Cely. Paciencia.
* El Jefe se fue, tranquilino y merecidamente, de vacaciones. Los que no están tranquilos son los ciudadanos de la prensa independiente, quienes leen y vuelven a leer los artículos de la nueva Ley de Comunicación y susurran con mayor convencimiento: “Es una ley temperamental”.
*Leen el artículo 22 y palidecen. Dispone que la información debe ser “verificada”. Bueno, pero algo más: “contrastada”. Y un añadido “precisa”. ¿Más? Claro, pues “contextualizada”. Nada menos.
* Está ya designado el jefe del Consejo de Regulación. La tarea está en manos de un profesional de la Comunicación que asumirá delicadas funciones.