La aventura de contar tesoros en cuatro rutas de la Sierra ecuatoriana se completa, pero continúa entre signos de interrogación ante la curiosidad y el anhelo de conocer más y de crear nuevos paseos para impulsar el turismo desde la gastronomía, la naturaleza, el patrimonio, los deportes cargados de adrenalina y el tesoro más importante: los ecuatorianos.
La Avelina
En la carretera que lleva al sur del país, estos helados son la carta de presentación de una tradición desde hace 90 años.
La familia Plaza inició una empresa para trabajar con los ganaderos de la zona y ofrecer quesos, leche, yogur y la estrella de la casa: el crujiente empastado de chocolate con crema de vainilla.
Ahí, Carmita Espinoza atiende con el mismo cariño desde hace más de 30 años; confía en que, después de los meses de pandemia, los turistas volverán.
Tortillas de palo
Si se trata de tesoros culinarios, esta hueca ubicada en Lasso tiene unas delicadas tortillas hechas en leña. Yolanda Lema es la heredera del sabor y del puesto de venta junto a la antigua estación de tren de la localidad. Harina de maíz, manteca y queso son parte de los ingredientes de estos bocaditos.
Los lugareños confiesan que las tortillas son la golosina para desayunos o para el café de media tarde. Es un tesoro gastronómico nacional que deleita.
El Cajas
Para encontrar inspiración, silencio y relax esta reserva natural es el lugar ideal. Su gama de colores verdes da cuenta de la vida que alberga y de la energía que emana.
Basta con sentarse unos minutos a admirar una de sus lagunas: La Toreadora; los picos de sus montañas y sentir su brisa fría para entender el privilegio que significa conocer El Cajas. Un lugar reconocido como humedal de importancia internacional o sitio Ramsar. El país aloja a 18 de estos.
El mirador de Turi en Cuenca
Un punto de visita ineludible. Su vista panorámica se disfruta a cualquier hora del día. ¿La recomendación? Llegar al final de la tarde para disfrutar de la caída del sol y de la ciudad en una velada con la Catedral, las calles del centro, las grandes avenidas y los parques.
Aunque Turi no es solo un mirador. Desde las épocas cañari e incásica fue considerado un cerro sagrado y un punto estratégico de vigilancia. Es el plan perfecto para un paseo con historia, cultura y fantásticas fotografías.
Parapente en Paute
La siguiente parada de la ruta espera temprano en la mañana. La aventura arranca desde el emocionante ascenso en una ruta 4×4 en el cerro Cabeza de perro. Una vez en la cúspide, con los equipos desplegados en el césped, solo queda una forma de bajar, no hay tiempo de arrepentirse. Mientras la adrenalina aumenta colocan las seguridades y dan las instrucciones para correr por la pendiente hacia el vacío.
Una vez que atrapa una corriente de viento con suficiente fuerza, el vuelo inicia. El río Paute, calles, casas y hasta el mismo cerro que se aleja parecen una maqueta milimétrica. En el aire, lo inmensurable supera al temor de practicar este deporte por primera vez.
Los tradicionales dulces cuencanos
Las dulcerías de Corpus café están llenas de magia, colores y aromas, que atraen no solo a personas sino a abejas. Se vive una experiencia compartida con estos golosos animales, que bailan entre los más de 100 dulces, sin percatarse de los humanos.
La familia Palacios busca reinventar los sabores de sus preparaciones artesanales como: las bolitas dulces de tamarindo con ají, los quesitos (obleas y manjar), monjitas (nueces y leche condensada), suspiros, cocadas de chocolate, delicados de machica y más.
Centro Histórico de Cuenca
Dicen que es uno de los más bellos de América, que sus plazas se visten de colores con flores y con turistas buscando la mejor postal de las cúpulas de las catedrales. Y es así, el Centro Histórico de la capital azuaya guarda un espacio especial para cerrar esta ruta.
El Parque Calderón empieza su actividad desde antes de las 7:00 con feligreses de la primera misa del día de la Catedral de la Inmaculada Concepción, ubicada en uno de sus bordes. Llegada la noche recibe visitas de gala para las sesiones de fotos de bodas y bautizos. En sus alrededores, las casonas antiguas tienen una variedad de restaurantes modernos que muestran la línea de vanguardia por la que Cuenca avanza.
Tips Tracker Turbo
Seguridad.
Esta expedición empezó en Latacunga con un compañero de viaje que brinda alta seguridad: el Tracker Turbo con seis ‘airbags’. El aire acondicionado del SUV permitió que disfrutáramos del chocolate y la crema de los helados La Avelina, hasta el último mordisco.
Su motor nos llevó al Parque Nacional Cajas (Cuenca), donde encontramos 165 lagunas: ¡Un espectáculo natural que vale la pena visitar!
Espacio.
Todo el cargamento de dulces comprados en Corpus café cupo en la amplia cajuela de 395 litros del Chevrolet Tracker Turbo.
Comodidad.
En el vehículo Tracker Turbo resalta la amplitud de su habitáculo para cinco pasajeros adultos que pueden viajar con comodidad.