Uno de los primeros consejos que los médicos imparten para que una persona se sienta saludable y mejore su estilo de vida, además de modificar la dieta que consume, es hacer cualquier actividad física regularmente. Es decir: ¡deje la pereza a un lado! Hoy que se conmemora el Día Mundial de la Actividad Física es momento para recordar que el sedentarismo es la cuarta causa de muerte en el mundo: la Organización Mundial de la Salud (OMS) le atribuye 1,9 millones de muertes anuales. Y todo por mantener una rutina simple y tranquila que, a simple vista, es inofensiva y segura. Pues no, es muy peligrosa.
La actividad física regular ayuda a controlar el sobrepeso y enfermedades como la diabetes, la obesidad y la hipertensión, males que según la OMS son cada vez más frecuentes, sin importar la nacionalidad ni la edad.
Por eso, con la intención de sensibilizar a la población para que adquiera estilos de vida saludables, la OMS decretó que el 6 de abril sea el Día Mundial de la Actividad Física.
Pero, ¿a qué se denomina actividad física? José Reinhart, médico deportólogo, señala que: “La actividad física es el incremento de nuestra actividad diaria, caminar, correr, ciclear, nadar, realizar actividades deportivas como jugar fútbol, vóley, básquet y otras, pero realizado ocasionalmente, sin una frecuencia, intensidad y volumen específicos, para que se considere entrenamiento físico”.
La actividad física produce un incremento de la frecuencia cardíaca, de la presión arterial, del volumen respiratorio, de las necesidades de oxígeno y calóricas.
Debe ser practicada de forma rutinaria pero también programada: correr de golpe la Quito-Últimas Noticias 15K, sin una adecuación previa, puede producir un infarto cardíaco o un accidente cerebro-vascular, sobre todo si la persona que lo realiza sufre de una enfermedad coronaria o de hipertensión, alerta Reinhart.
La importancia Michael Pratt médico estadounidense y coordinador del equipo investigativo en actividad física del Centro Estadounidense de Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés), señala que múltiples estudios confirman constantemente los aportes positivos de la actividad física en una persona promedio. Esta reduce el riesgo de padecer enfermedades del corazón, cáncer de colon y de seno, fracturas de cadera y en general todas las causas de muerte, reafirma el experto.
La Universidad de Harvard demostró, en el 2012, los beneficios de caminar una hora diaria. Los científicos detectaron, por ejemplo, que la actividad física reduce en un 50% la influencia genética de la obesidad, uno de los principales padecimientos de la población actual. Pero los beneficios no acaban ahí, ya que estos caminantes mejoraron su autoestima, su salud mental e incluso el rendimiento laboral.
La actividad física además mejora nuestra capacidad de trabajo, al incrementar el transporte de oxígeno del aire hasta los músculos, órganos y sistemas que trabajan. También actúa positivamente sobre el corazón, incrementando su capacidad contráctil, lo que disminuye el número de veces que este órgano late en reposo. Esto favorece la oxigenación del músculo cardíaco y eleva la vascularización y la microcirculación en los vasos sanguíneos, lo que produce una disminución de la presión arterial.
También estimula el consumo de grasas para producir energía, disminuyendo los valores de colesterol y triglicéridos, que tanto daño hacen a las arterias, especialmente del corazón y cerebro. Además, reduce los valores de glucosa o azúcar en la sangre, lo que genera que bajen las necesidades de medicamentos en los diabéticos.
Para que la actividad física resulte beneficiosa, la recomendación de Reinhart es hacer 30 minutos diarios 5 días por semana, para los adultos. En cuanto a los niños deben realizar 60 minutos diarios.
La actividad sugerida es el entrenamiento aeróbico, el cual necesita para su ejecución energía aeróbica, es decir, aquella que para producirse utiliza como combustible las grasas y carbohidratos en presencia de oxígeno.
Este entrenamiento aeróbico se puede hacer trotando, nadando o cicleando; aquellas personas que no están entrenadas deben aplicar intensidades bajas.
Para quienes ya tienen práctica, su intensidad dependerá de la capacidad física individual.
Bailar también se puede considerar una actividad aeróbica, siempre y cuando dure por lo menos 15 minutos, se realice al menos seis días por semana y que, durante la práctica, aparezcan gotas de sudor en la frente, indica el entrenador personal Alex Galeth, de Fit Center.
Tome en cuenta
- Antes de iniciar y tras concluir la actividad física, siempre es recomendable estirar los músculos de todo el cuerpo, durante mínimo 15 minutos.
- No olvide realizar ejercicios de calentamiento antes de empezar su rutina, estos movimientos evitarán dolor y lesiones a nivel muscular.
- Tome su actividad física como algo divertido. No realice los ejercicios por obligación, esto hará que pierda la motivación y deje de practicarlos.
- Hidrátese antes, durante y al finalizar su práctica. Al realizar la actividad física se suda y en este líquido se pierden minerales que deben ser repuestos.
- Para ejercitarse busque la compañía de familiares o de amigos, ya que de esta manera es más placentero el realizar la actividad acompañado.