La tierra es un material de construcción ancestral y contemporáneo

En Casa Patios hay cinco muros portantes de tapial. Está ubicada en la provincia de Cotopaxi. Cortesía rama estudio, foto: Jag Studio

En muros, paredes, tumbados y a veces hasta en el piso está la tierra en las construcciones contemporáneas.
Ese material -apuntan los arquitectos Marie Combette y Daniel Moreno Flores- se utiliza desde hace miles de años en diversas partes del mundo. En Ecuador abunda, sobre todo en las zonas rurales. Y por eso -precisamente- ha quedado en un segundo plano. Algunas personas lo asocian con la pobreza.
Para erradicar esa idea errónea, estudios de arquitectura integrados por profesionales jóvenes incorporan la tierra en sus proyectos. Su uso también está atado a las necesidades actuales del planeta.
“Hay tierra en abundancia. Se trata de un recurso que siempre está a la mano. Su uso tiene que ver con el entendimiento de que se trata de un material cualificado”, apunta Moreno.
La tierra es un material versátil, con características que ayudan a reducir la huella de carbono. Para obtener materiales tradicionales como el hormigón -por ejemplo- es necesario destruir el paisaje, pues es vital el uso de arena, que se obtiene de canteras o incluso de las playas.
“Lo que producen en el paisaje es terrorífico. Se retiran grandes masas de montañas y nos quedamos rodeados de un panorama gris”.
Desde Rama Estudio se afirma que la tierra es un material sismorresistente, un buen aislante térmico y acústico. Abunda en el país y es 100% natural y ecológica. En zonas frías, este material capta el calor del día y lo suelta durante la noche, generando confort interior al habitante.
Otro punto a su favor es que se trata de una alternativa económica. Las construcciones se encarecen -apuntan los especialistas- únicamente por la mano de obra. Cada vez es más difícil encontrar obreros expertos en el manejo de este material.
Con los miembros de Rama Estudio coincide el arquitecto Freddy Bonilla. Sin embargo, menciona que desde la academia se promueve la recuperación e inclusión de la tierra como un material contemporáneo.
Aquello, precisamente, lo motivó a participar en la restauración y remodelación de Casa El Palomar, ubicada en Loja. Se trata de una casa construida en 1950, donde una tapia sostiene la estructura de madera de la cubierta. Utilizando el tapial -sistema constructivo estructural- se pueden levantar viviendas de hasta tres pisos, menciona Bonilla.
Las nuevas construcciones incluyen a ese elemento natural mediante tapiales, sistemas de bahareque o estructuras en adobe. Pueden edificarse en cualquier cuidad del país.
Ahora mismo, Rama Estudio construye una casa con bahareque en Tumbaco. En el 2019, sus integrantes dieron forma a Casa Patios, en la zona de Lasso, en Cotopaxi.
Se trata de una vivienda de campo contemporánea que cuenta con unos espacios interiores que se confinan mediante paneles de bahareque.
En las edificaciones actuales la tierra se combina con madera y acero, y con materiales de la zona, como los ladrillos. Los pisos -por lo general- son de piedra y de cemento.
Bonilla afirma que estas obras deben contar con un buen techo y una buena base para evitar humedad, el principal enemigo de la tierra.