Niños y adolescentes son más violentados por sus familias en la Costa

El 65% de mujeres que participó en el estudio, adultas y menores, demostró haber sido víctima de algún tipo de violencia. Foto: Freepik

Alba Cortez es la promotora de Desarrollo de la Niñez y la Adolescencia para la fundación World Vision. Su base laboral es Vinces (Los Ríos). Allí trabaja en talleres de concienciación sobre violencia en todas sus formas con familias de la comunidad.

Y en esta ciudad supo, esta semana, gracias a madres asistentes, que una niña de 12 años está siendo presuntamente vendida para fines sexuales por su propio progenitor. Se activaron los protocolos de seguridad: notificar a Fiscalía, abordar de forma estratégica a la familia de la menor y, por supuesto, preservar la reserva de las denunciantes.

El caso, hasta este 10 de agosto de 2022, era parte del universo de problemáticas que arrojó el estudio sobre la Situación actual de la protección de la niñez y adolescencia contra la violencia en el Ecuador, que la organización de la que es miembro llevó a cabo entre enero y mayo de 2022.

En su punto 13, el estudio recientemente presentado, de 104 páginas, concluye que el acoso, abuso y violación sexual están presentes, especialmente, en la Sierra.

En cambio, en la Costa hay otros problemas relacionados, que configuran un cuadro mucho más grave y complicado: las uniones tempranas y matrimonios infantiles de niñas y adolescentes con hombres adultos. 

“La ausencia de educación sexual y estas prácticas culturales ancestrales ponen en grave peligro, sobre todo, a las niñas y adolescentes mujeres”, dice el documento.

Unión libre a los 16 años

Otros problemas identificados son el machismo, el adulcentrismo, la falta de conciencia reproductiva y las uniones tempranas.

EL COMERCIO conversó con Ginger y Sergio, una pareja de jóvenes que este año decidió ir a vivir juntos, pese a que ella tiene apenas 16 años y él, 19. 

Un noviazgo temprano, la prohibición de los padres de ella y la emoción del enamoramiento les hizo tomar un paso del que ahora están más conscientes.

Sergio dejó el colegio y Ginger cambió sus tardes de adolescencia por quehaceres que competen a una ama de casa, todo mientras intenta no claudicar en la finalización de su secundaria. 

Él trabaja en el campo y este 10 de agosto, cuatro meses después de la convivencia, lamenta que, por sus nuevas obligaciones, no pueda retomar los estudios.  “Si debo dar un consejo a alguien es que no se apresuren a tomar decisiones y que siempre se comuniquen con sus padres. A veces los padres no nos escuchan y allí llegan los problemas”, analiza Sergio.

Alba Cortez, además de ser la promotora de Desarrollo de la Niñez y la Adolescencia de Vinces, es tutora de la pareja. Como ellos, ha visto un centenar de casos. “Hoy lo que hace falta es confianza en casa. Que los chicos no puedan decir a sus padres cosas tan básicas como que están en un enamoramiento es un problema. Falta comunicación asertiva”, cree.

En el ámbito educativo, agrega, hay escenarios muy flexibles. “No hay charlas de salud sexual ni reproductiva integrales”.  Solo en esta comunidad de Vinces hay más de 20 chicas entre embarazadas y con hijos en edad colegial. “Faltan programas que insten una mejor calidad de vida”, dice.

El informe ya fue entregado a la Secretaría del Consejo Nacional para la Igualdad Intergeneracional.

Indicadores

Metodología. Este estudio fue hecho en ocho provincias de los programas de World Vision en el área centro de influencia en diferentes comunidades de Bolívar, Chimborazo, Guayas, Los Ríos y Esmeraldas.

Población. Hubo un total de 261 niñas, niños y adolescentes, 137 niñas y adolescentes mujeres y 124 niños y adolescentes varones.

Migración. Niñas, niños y adolescentes en situación de movilidad humana priorizaron problemas de violencia sexual, el acoso callejero, la inseguridad en las calles.

La mujer fue secuestrada y violada por cuatro hombres en el sector de la Kennedy, #Guayaquil » https://bit.ly/3P8UbNi

Posted by El Comercio on Wednesday, August 10, 2022

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