En un museo se conservan las reliquias de los tsáchilas

El museo fue inaugurado hace dos años, con más de 200 objetos y reliquias. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO

El museo fue inaugurado hace dos años, con más de 200 objetos y reliquias. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO

El museo fue inaugurado hace dos años, con más de 200 objetos y reliquias. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO

En una cabaña de pambil y caña guadúa, los tsáchilas de la comuna Chigüilpe cuidan el patrimonio cultural que heredaron de sus ancestros.

Hace tres años, Abraham Calazacón recorrió unas 50 casas de tsáchilas para buscar objetos que tuvieran un valor histórico, para exhibirlos en un museo dentro del proyecto cultural y turístico Mushily.

Calazacón buscaba piezas auténticas sobre las tradiciones comerciales, chamánicas y culturales de la etnia radicada en Santo Domingo.

Al principio recibió negativas de los miembros de las comunidades tsáchilas. Así que él y sus familiares decidieron construir primero la cabaña, sin ayuda de nadie más, e instalar unos 20 objetos que habían permanecido intactos en su familia, por más de cuatro generaciones y por alrededor de 200 años.

Una vez tomada la decisión, en una vitrina colocaron las monedas, que los chamanes de la familia Calazacón cuidaban como su mayor tesoro.

Esas monedas, de sucre y dólar, fueron entregadas por los pacientes con el fin de que el chamán protegiera su economía a través de rezos y rituales. “Si la moneda era robada o el chamán la utilizaba, toda la suerte del paciente se esfumaba y quedaba en la ruina”.

También colocaron pieles de animales salvajes, como de tigrillos, que eran cazados en los bosques tsáchilas antes de que estos fueran talados.

Miriam Calazacón, guía turística de Mushily, afirma que las familias tsáchilas de Chigüilpe y de otras comunidades empezaron a visitar el centro cultural. “Se dieron cuenta de que sí había un museo y que las piezas servían para mostrar a los mestizos cómo vivíamos”.

Así que, poco a poco, sus vecinos y habitantes de otras zonas empezaron a llevar objetos tradicionales, como una balanza hecha por los tsáchilas cuando empezaron a utilizar el trueque con otras nacionalidades, como los Chachis, de Esmeraldas.

En el museo también se recolectaron unos 20 insectos que guardaban los chamanes en los consultorios. Según la cosmovisión tsáchila, los animales como los escarabajos servían de brújula cuando se hacían excursiones, en búsqueda de plantas medicinales en los bosques nativos.

Los tsáchilas donaron piezas de las culturas Chorrera y Valdivia, que fueron encontradas enterradas en sus parcelas.

El historiador Augusto Calazacón afirma que en las comunas se han encontrado alrededor de 200 piezas arqueológicas y que ese es un indicio de que los tsáchilas eran nómadas y que intercambiaban las piezas por curaciones chamánicas o frutos. “Al asentarse en Santo Domingo enterraron sus tesoros. Por eso, incluso hace unos 10 años se encontraron huacas enterradas en Chigüilpe”.

El museo llegó a tener más de 300 objetos, pero hace seis meses fue asaltado. Del lugar se llevaron piezas como huacas, cráneos de animales, vasijas, ollas, entre otras. Desde ese momento se implementó más seguridad y los objetos valiosos de esta etnia se colocaron en vitrinas que están ubicadas junto a la pared.