Luego de los 30 años de edad, quienes leen en el Ecuador empiezan a adoptar un gusto por las publicaciones de temática religiosa. Así lo ha revelado la reciente Encuesta de Hábitos Lectores y Consumos Culturales.
34 de cada 100 personas entre los 30 y 64 años prefieren la lectura de libros religiosos. Este número casi se duplica (61 personas) entre la gente de la tercera edad.
María Moncayo se encuentra precisamente en la brecha generacional entre ambos grupos estudiados. Acaba de cumplir 65 años; la lectura de libros sobre catolicismo la empezó a acompañar hace tres lustros.
Cuando llegó a los 50 años, Moncayo se unió a un grupo bíblico en su parroquia, en Guayaquil. Allí empezó a comprar libros piadosos. Esta experiencia fue el detonante para crear su primera biblioteca en casa, compuesta por una veintena de títulos en la actualidad.
En la región que más se lee este tipo de textos es en la Amazonía, donde alcanzan un 23%. En la Costa desciende al 18% y en la Sierra al 15%.
No existen datos oficiales de la cantidad de libros religiosos que se importan al país, pero sí de los que se publican a escala nacional. Según la Cámara Ecuatoriana del Libro, en 2021 se registraron 103 títulos (66 439 ejemplares) de este tipo, es decir, el 2% de ese año.
La Biblia, un ‘hit’ que no pasa de moda
Según un informe del Guinnes World Records, publicado en 2021, la Biblia superó los 100 millones de ejemplares en 100 países y 23 idiomas, convirtiéndose en el libro más vendido de todos los tiempos. Por su parte, la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera sostiene que el número total de biblias vendidas a lo largo de la historia está entre los cinco y siete mil millones.
En Mr Books y Libri Mundi, una de las cadenas de librerías más grande del país, la Biblia representa el 60% de ventas de libros religiosos. Entre las ediciones que tienen mayor demanda está la Reina Valera, que es usada por los protestantes hispanohablantes.
Emilia Borja, coordinadora de comunicación, explica que los libros con temática religiosa tienen una venta constante en esta cadena y que hay títulos como la Biblia que se han convertido en ‘longseller’. “Al igual que ‘El Quijote’ -dice- es un libro infaltable en todos nuestros locales”.
Asimismo, en esta cadena hay libros que no están catalogados como religiosos, pero que hablan sobre espiritualidad con base en la Biblia.
Se trata de autores de títulos que abordan temas cotidianos como la convivencia en familia, en pareja o liderazgo. En esta subcategoría aparecen títulos como ‘Los cinco lenguajes del amor’, del pastor Gary Chapman, publicado en 1992, o ’21 leyes del liderazgo en la Biblia, de John Maxwell.
Pero también existen otras formas de espiritualidad que están ligadas al concepto del libro religioso. Este es el caso de José Luis Venegas, quien afirma leer por lo menos unas cinco publicaciones al año sobre pachamamismo y creencias ancestrales andinas. Para él, esta es otra manera de conectarse con algo trascendental a través de la lectura.
Una atracción lectora que no es nueva
El interés de los ecuatorianos por lo religioso no es reciente. Mónica Varea, dueña de la librería Rayuela, recuerda que a finales de la década de los 90 del siglo pasado, autores como el sacerdote jesuita y el psicoterapeuta Anthony de Mello tenían muy buena acogida entre los lectores locales.
Por esos años, Varea se asoció con Armando Baquerizo, de la librería Vida Nueva de Guayaquil, para vender en la Sierra varios fondos editoriales, entre ellos los religiosos. “Recuerdo que esos libros se vendían muchísimo. El más popular era ‘La oración de la rana’, de Mello.
En Rayuela los libros de corte religioso están en la sección de Antropología. Varea explica que allí hay títulos de distintas religiones y de corte más espiritual como los de Viktor Frankl, autor del libro de superventas ‘El hombre en busca de sentido’. Para esta librera, títulos como este alcanzan gran popularidad porque hay muchos lectores que buscan libros que les de esperanza.
Con ella concuerdan desde la Fundación Jesús de la Misericordia Librería Espiritual. Esta librería quiteña, que tiene un local de tres pisos entre las calles 9 de Octubre y Eloy Alfaro, funciona desde 1985. Aquí los libros que más se venden tienen que ver con temas de superación personal y de oración.
Uno de los autores más populares en esta librería es Remigio Calderón, un abogado cuencano que tiene una colección de libros de oración y meditación que tienen un soporte bíblico. Entre sus títulos más vendidos están ‘Medicina para los que sufren’, ‘Perdón y sanación’, ‘Un mensaje de esperanza para mis hermanos enfermos’ o ‘El Maravilloso poder de la bendición’.
Entre los libros más vendidos allí está ‘Las horas de la pasión’, de la italiana Luisa Picarreta. Se trata de una obra sobre las meditaciones que tuvo Jesús antes de crucifixión. Entre las publicaciones más populares también están los que instruyen cómo rezar el rosario y los devocionarios, la mayoría de estos títulos son importados desde España.
La gente busca esperanza en sus lecturas
Lucero Zapata tiene 42 años de edad. La mayor parte de su vida se dedicó a leer libros técnicos sobre economía y finanzas. Pero fue hace un par de años que tuvo su conversión al cristianismo y empezó a buscar sus primeros textos sobre espiritualidad.
Para ella, su postura es clara: su fe requiere de lectura. Pero en su camino se ha encontrado con un mercado editorial en papel que es extremadamente caro en relación con otros países.
El último libro que compró en Kindle fue ‘Una vida con propósito’, de Rick Warren, a casi USD 3. El mismo texto en papel cuesta cerca de USD 16 en librerías locales.
Jonathan Tabango, de 33 años, en cambio lee libros sobre deidades antiguas y rituales paganos. Él afirma que sus lecturas se pudieran clasificar dentro de la categoría de religiosos porque hablan de historias sobre dioses o de formas tradicionales de vivir la fe.
En efecto, la religión es un abanico tan grande en la actualidad que resulta difícil encasillarlo dentro de un solo paraguas. En la tienda de Amazon Kindle, por ejemplo, los libros de este tipo están divididos en 15 categorías que van desde el ‘Agnosticismo’ hasta las ‘Religiones basadas en la Tierra’, incluyendo su historia, debates e incluso novelas basadas en estas creencias.
En su estudio ‘La comprensión del fenómeno religioso y sus desafíos a las Ciencias Sociales’, la investigadora Ángela Iranzo Dosdad defiende que desde la década de 1970 ha habido una “revitalización de las religiones y espiritualidades en el mundo”. Para el sociólogo Leonardo Mancheno, esto ha influido directamente en la relación entre la gente y lo que lee.
Para Mancheno, la relación entre la vida adulta y el libro religioso no es una sorpresa. Explica que las luchas sociales y por los derechos humanos en las últimas décadas en el país también significaron un dejar de lado al cristianismo para adoptar nuevas posturas religiosas.
“Desde finales de los ochenta, con la liberación sexual, entre los padres empezó a circular el argumento de que no querían imponer una fe a sus hijos”, comenta. Esta es una de las razones que baraja para que ahora haya una generación de lectores que se aproximan al libro como un camino para conocer nuevas experiencias religiosas.