La variante Ómicron del coronavirus registra récords de contagios diarios en la mayor parte del mundo. En Ecuador, la segunda semana de enero del 2022, por primera vez desde el inicio de la pandemia se registraron más de 42 000 casos.
El pasado 11 de enero, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que, al ritmo actual de transmisión, se prevé que el 50% de la población de Europa se infecte con esta variante en las próximas 6-8 semanas.
En se contexto, en redes sociales se habla de contagiarse a propósito del virus bajo el supuesto de que así obtendrán inmunidad y porque, además, Ómicron es menos agresiva.
La OMS ha aclarado que, si bien la nueva variante parece ser menos severa en comparación con Delta, especialmente en los vacunados, no significa que deba clasificarse como leve e hizo un llamado a no bajar la guardia ante esta nueva mutación. “Ómicron está provocando hospitalizaciones y muertes. E incluso los casos de menor gravedad desbordan los centros de salud”, dijo su titular Tedros Adhanom Ghebreyesus.
El doctor Víctor Álvarez, presidente del Colegio de Médicos de Pichincha, recordó también que la OMS pidió no considerar a Ómicron como benigna y señala que “todo virus causa problemas” y hay que prestarles atención.
Álvarez además menciona que las personas responden de diferente forma a las vacunas por lo que siempre hay la posibilidad de presentar una enfermedad grave o muy grave e incluso la muerte.
Para el infectólogo José Sánchez cualquier virus puede llevar a la muerte; en el caso de Ómicron explica que no es que al 100% de la población le vaya a causar daño, pero sí a un porcentaje de ella.
Por eso, dice, la vacuna es importante porque evita que las personas se agraven y fallezcan.
En cuanto a la inmunidad, Sánchez menciona que una persona que se contagia tiene un grado de al menos 60 a 90 días contra las diferentes formas del virus, pero después vuelve a ser susceptible, con un alto riesgo de reinfección.
En cambio, las personas que se vacunan crean una inmunidad por largo tiempo, al menos uno o dos años en el mejor de los casos, señala.
Con la inmunización, agrega el especialista, se evita en gran medida las secuelas del ‘long covid’, que son síntomas de la enfermedad que pueden persistir durante meses y causar daño en los pulmones, en el corazón y el cerebro, lo que aumenta el riesgo de problemas de salud a largo plazo.
“Si yo me contagio o lo hago a propósito probablemente tenga una inmunidad por un corto plazo, pero luego decrece y además puedo tener secuelas del covid-19”, menciona.
Para el galeno, si el virus encuentra una víctima perfecta, que puede ser de la tercera edad o con enfermedades base, la mortalidad es alta. Pero si es una persona sana y joven probablemente sea leve, aunque, agrega, eso tampoco es garantía de que lo supere sin ningún problema.
Para los especialistas es fundamental que la población se vacune y siga manteniendo las medidas de seguridad: el uso de mascarilla, distanciamiento físico y el lavado de manos.