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Una cirugía reconstruye vidas tras el cáncer de mama

La doctora Sandra Chalen atiende a Mariana Íñiguez, quien se realizó un trasplante de mama. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

Un bisturí debe seccionar el problema, radicalmente, para preservar la vida. Un bisturí también puede enmendar las cicatrices y reconstruir vidas.

Las cirugías estéticas son parte del tratamiento oncológico que da el hospital de la Sociedad de Lucha contra el Cáncer (Solca) a pacientes con cáncer de mama.

Son una opción tras las mastectomías -extracción completa del seno- o intervenciones parciales para remover tumoraciones malignas.

Así, logran inyectar una buena dosis de autoestima a quienes batallan contra esta enfermedad. Solo los núcleos de Solca en el Ecuador detectan cada año 15 000 nuevos casos. El 50%, según una evaluación previa, tiene la posibilidad de acceder a cirugías reconstructivas.

En el mundo, 2,34 millones de mujeres son diagnosticadas con cáncer de mama cada año. En Ecuador es el cáncer más frecuente en mujeres, con un 18% de incidencia, y ocupa el puesto 11 entre las principales causas de muerte.

Este 19 de octubre se recuerda el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama.

El oncólogo y mastólogo Francisco Plaza recomienda chequeos periódicos entre los 40 y 70 años, e incluso desde menor edad. Y pide no solo confiar en el autoexamen, sino recurrir a ecografías y mamografías. La detección oportuna abre la posibilidad a técnicas de oncoplastia.  

Testimonios

‘Cuando vi el cambio frente al espejo, la Marcela de antes ya no estaba’

Marcela Albarracín, 45 años, sobreviviente de cáncer de mama

“En el 2015 fui diagnosticada con un cáncer de mama, un HER2 positivo. Me hicieron una mastectomía radical, luego pasé por quimio y radioterapia, más ocho ciclos de una vacuna.

Cuando fui terminando cada paso los médicos notaron que me sentía incómoda al tratar de ocultar el vacío en mi pecho. Usaba un pañal de bebé para rellenar el lado derecho de mi brasier.  

Entonces me preguntaron: ¿te gustaría pasar por la reconstrucción? No lo pensé y dije: ¿cuándo? Así conocí a la doctora Sandra Chalén.

Por mi cabeza pasaron muchas cosas, como los comentarios de quienes dicen que el cáncer luego puede regresar. Pero acudí porque quería ser como antes del diagnóstico. En casa, en ocasiones, me sentía incómoda, aunque mi esposo siempre me apoyó. Siempre tuve su aliento.

Ya en el consultorio la doctora me explicó que haría la reconstrucción con grasa de mi cuerpo e incluiría una abdominoplastia. Me dio confianza y me animó cuando me dijo que volvería a usar traje de baño.

Así que comencé los preparativos y entré a cirugía. Cuando llegó el momento de quitar las vendas, me paré frente al espejo y vi que la Marcela de antes ya no estaba. Fue una dosis de autoestima que me cambió.

Fue asombroso cómo luego hizo la areola y el pezón, cosiendo la piel como si fuera una flor que luego pintó. Era increíble porque ni siquiera quedaron cicatrices. Nadie cree lo que pasé.

Muchas mujeres con diagnóstico positivo creen que solo deben esperar el fin de sus días y no es así. Dios siempre estará con nosotras en el proceso, como estuvo conmigo. Por eso ahora, cuando voy a los controles en Solca, trato de animar a otras pacientes, diciéndoles que si están felices sus cuerpos sanarán.

Y a todas las mujeres, jovencitas y señoras, por favor, acudan a controles periódicos. Yo tenía una vida saludable, en mi familia nadie tuvo cáncer y en un chequeo me detectaron un quiste. Fue una casualidad que llegó a tiempo.

Ahora prefiero no recordar cómo quedé tras la mastectomía. Solo sé que había piel colgando y era desalentador. Con la reconstrucción uno vuelve a vivir, es un suspiro”.

‘Me encanta ver las caras de las pacientes cuando son reconstruidas’  

Sandra Chalén, cirujana oncóloga de Solca Guayaquil, especializada en reconstrucción  

“Si me preguntan por qué hago cirugía reconstructiva, pues porque me encanta ver las caras de las pacientes cuando están reconstruidas. Es un cambio de 180 grados.

Una paciente que pasa por una mastectomía se siente incompleta y, en muchas ocasiones, es abandonada por su pareja. Al darles esta oportunidad es como si volvieran a nacer, recuperan su autoestima. Eso es lo que buscamos. 

Hay pacientes que tienen indicación de reconstrucción y otras no, porque depende de su estado oncológico. Un tumor avanzado, metástasis, un cáncer inflamatorio o alguna condición sicológica son algunas de las contraindicaciones.  

Cuando es posible hay varias opciones. En algunos casos se puede extraer el tumor y pasar a una remodelación. En casos de retiro total de la glándula se puede hacer una reconstrucción inmediata o esperar un tiempo hasta completar el tratamiento.  

En cuanto a técnicas, en unos casos usamos los tejidos propios de la paciente: un abdomen grande o los ‘rollitos’ de la espalda. Solo los trasladamos de esos sitios lejanos hacia el lecho de la mama. O podemos usar tejidos sintéticos. Pueden ser temporales, como los expansores, o definitivos, como los implantes. Cada paciente es un mundo. 

Solca realiza estas cirugías desde hace 20 años. El doctor Luis Péndola comenzó y su experiencia me motivó a especializarme más en este trabajo. Ahora trabajamos en campañas para que se conozca este servicio y también para la detección precoz.

Ya he perdido la cuenta de cuántas mujeres han recuperado ese amor propio tras la cirugía. Pero siempre recuerdo a una señora de 60 años, que hace 15 había pasado por una mastectomía.   

Vino a una consulta y me dijo que ya era mayor para esto. Cuando le dije que era posible y que quedaría como de 15, soltó una carcajada que nunca olvidaré.   

Lo hicimos. Reconstruimos la mama y reacomodamos la otra. Fue una gran satisfacción ver la felicidad en su rostro cuando estuvo frente al espejo y dijo: ‘soy yo’.

Dejé de contar a mis pacientes hace mucho, porque llega un momento en que son tantas que ya no son números. Son Juanita, Mariela, Mercedes… ahora son amigas.