Las niñas del coro además de cantar también bailan en el escenario y cautivan al público con gestos y sonrisas. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO
El coro de la Casa de la Cultura Núcleo Santo Domingo busca preservar el idioma ancestral de los tsáchilas a través de las canciones.
El grupo tiene cuatro canciones en tsáfiki, que son de autoría de la artista Graciela Torres, directora del coro y de la Casa de la Cultura.
Pero también han traducido y musicalizado varios villancicos y cumbias en el idioma ancestral, con el objetivo que para el público le sea conocida la canción y pueda tararearla.
El coro está conformado por aproximadamente 14 niñas, de entre 7 y 12 años. Ellas debieron aprenderse las canciones en castellano y en tsáfiki.
Milly Cueva, de 11 años, señaló que al principio fue difícil familiarizarse con el idioma, sobre todo con la pronunciación. Por eso debió ensayar muchas veces hasta aprenderse la letra.
Su madre, Lily Vásquez, afirmó que está orgullosa del avance de su pequeña, quien ingresó al coro hace siete meses. “Nosotros somos de El Oro, pero el que Milly aprenda el idioma tsáfiki cada día nos acerca más a esta tierra”.
Antes de iniciar con el proyecto del coro, Torres recuerda que siempre quiso aprender tsáfiki. Así que poco a poco empezó a componer. Con la ayuda y asesoría de los tsáchilas pudo traducir las primeras canciones. Luego empezaron a aprender la pronunciación, que debe ser exacta porque hay palabras que podrían malinterpretarse si se cambian acentos o letras.
Las primeras canciones que se tradujeron fueron villancicos lojanos, el 2016. Con esas primeras canciones se presentaron en novenas, actos religiosos, culturales y artísticos.
Luego tradujeron la canción Cumbia Colorada, compuesta por el riobambeño Luis Alberto Sampedro, quien vivió en Santo Domingo y falleció en tierra tsáchila en 1994.
Pero el reto se volvió más grande para Torres y decidió componer sus propias letras y melodías. En ellas habla sobre la nacionalidad y sobre Santo Domingo. Tiene canciones como Chike Chi Kanta, que en español significa Nuestra tierra.
Para la gobernadora tsáchila, Diana Aguavil, la labor que realiza el coro de la Casa de la Cultura es un motivo de alegría para la nacionalidad y se da luego de un proceso en el que los tsáchilas han pedido ser visibilizados por las autoridades y por la ciudadanía.
Torres afirmó que el trabajo que realizan las niñas y ella es respetuoso. Por eso, cuidan cada detalle antes de una presentación.
Las niñas utilizan los trajes típicos de las mujeres tsáchilas en sus presentaciones. En la cabeza llevan una diadema con listones de varios colores y el cabello suelto que lucen con sus vestimentas.