De las 10 hectáreas que se conservan del bosque, el 60% aún es primario. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO
Los tsáchilas de la comuna Otongo Mapalí son los cuidadores del bosque Du Tenka. Hasta hace 10 años, este remanente tenía 14 hectáreas de bosque primario y secundario. Pero cuatro hectáreas fueron reforestadas para cultivar plátano y sembrar pastizales para ganado vacuno.
En la actualidad, ocho familias tsáchilas protegen al bosque de la tala indiscriminada. Incluso han cercado la entrada al bosque con alambres.
Miguel Aguavil, presidente de la comuna Otongo Mapalí, señaló que desde el año anterior iniciaron con una campaña para reforestar las áreas del bosque que fueron cultivadas y luego abandonadas. En 500 metros han sembrado árboles nativos y endémicos.
Este año, los niños y jóvenes sembraron 30 plantas. Ellos son responsables de su cuidado hasta que empiecen a crecer. Este bosque preservado está ubicado en una montaña, que los tsáchilas conocen como Du Tenka.
José María Aguavil era el chamán más respetado de Otongo Mapalí. Él se internaba en el bosque de la montaña para encontrar las plantas medicinales para su pócimas.
También hacía rituales en este lugar. Uno de estos era el faripaka, en el que los nativos pedían a los dioses de la naturaleza para que intercedieran para ayudarles a solucionar problemas familiares como la desobediencia de un hijo.
Miguel Aguavil tiene un proyecto de reforestación con ocho familias de la comuna Otongo Mapalí. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO
Para este ritual, el poné (chaman) se internaba al menos tres días en el bosque, que antes de la colonización sobrepasaba las 40 hectáreas, según datos de la directiva de Otongo Mapalí.
En esos tres días, el poné se recargaba de energías positivas y recolectaba al menos 100 tipos de plantas distintas.
Miguel Aguavil señaló que aunque se han realizado investigaciones sobre el tipo de plantas que se utilizaban, no han podido descubrirlas todas. Esto debido a que los chamanes no trabajaban en equipo ni compartían los conocimientos medicinales con otras personas. La tradición era que cada chamán descubriera sus propias plantas medicinales.
Sin embargo, la investigación arrojó que en el bosque Du Tenka hay 270 plantas, identificadas como nativas.
Aguavil señala que se obtuvieron semillas de cada planta para sembrarlas en un vivero en el centro cultural y turístico Du Tenka, pero solo 50 sobrevivieron. Las demás no se adaptaron al clima y suelo del vivero que está ubicado a unos 500 metros de la entrada al bosque.
Cuidan de las plantas en peligro de desaparecer. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO
Entre las 50 plantas está la kuntashidé. Es un árbol que puede medir hasta dos metros de altura. Sus hojas son utilizadas en infusiones durante el parto, especialmente cuando una mujer tiene dificultades para dar a luz.
También se encuentra el biku, que es un árbol del que brotan semillas rojas. Estas tienen dos funciones. La primera es para hacer infusiones para purificar el organismo. Las semillas también se utilizan para hacer amuletos (pulseras y collares) de protección y buena suerte.
Se tiene previsto que en octubre se inicie una nueva campaña de reforestación con voluntarios extranjeros.
Durante este mes, los tsáchilas seleccionarán las semillas de las plantas nativas, que son difíciles de encontrar en las comunas. También trabajarán en charlas sobre medioambiente e identidad étnica. “En las reuniones con las familias tsáchilas hemos visto desinterés por preservar el bosque”.
En el centro cultural Du Tenka se crearon senderos, en un sector que antes de la colonización era boscoso. La idea es que los turistas conozcan las plantas nativas. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO
Trabajo: Agricultura
La mayoría de tsáchilas de Otongo Mapalí se dedican al cultivo y exportación de orito.
Clima: Cálido
El clima es subtropical, con presencia de lluvias fuertes en invierno. La temperatura es de 25°C.
Población en la zona
Está conformada por alrededor de 350 tsáchilas, que viven en cabañas de madera.
Etnia: Indígena
La nacionalidad está conformada por siete comunas en Santo Domingo. Habitan alrededor de 2 200 personas.