El germen Mycobacterium tuberculosis es el causante de esta enfermedad. Foto: Flickr / NIAID
En muchos países de Occidente se dan cada vez menos casos de tuberculosis, pero eso también repercute en un menor conocimiento sobre una enfermedad que sigue muy presente en otras naciones. El próximo 24 de marzo es el Día Mundial de la Tuberculosis. A continuación diez preguntas sobre la dolencia:
1.- ¿Qué es la tuberculosis?
Es una enfermedad infecciosa de origen bacteriológico. El agente causal se denomina Mycobacterium tuberculosis. La enfermedad se cura con medicación, pero de no tratarse, puede ser mortal.
En todo el mundo mueren cerca de 1,5 millones de personas al año, a menudo por la falta de medicación, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los expertos señalan como problemática la situación que viven algunas zonas de África, el este de Europa y de Asia central.
A pesar de todos los esfuerzos para superarla, siguen registrándose nuevos contagios de esta enfermedad, que se conoce por su abreviatura “TB” o “TBC”.
2.- ¿Cómo se produce el contagio?
Suele tratarse de un contagio entre personas. Su forma más conocida es la tuberculosis pulmonar, que se contagia con la tos o el estornudo. Las finas salpicaduras que contienen los gérmenes patógenos llegan al aire que otras personas pueden llegar a respirar.
No obstante, para el contagio de la enfermedad normalmente se precisa de un gran número de gérmenes patógenos y estar expuesto a los enfermos durante largo tiempo. “El contagio no se produce tan fácilmente como otras enfermedades que también se transmiten por el aire. El riesgo de infección es muy bajo”, dijo la experta en tuberculosis Lena Fiebig, miembro del centro alemán Robert Koch-Institut (RKI).
3.- ¿Qué tipos de tuberculosis existen?
La tuberculosis pulmonar es la más frecuente. La enfermedad puede afectar otros órganos como los riñones, los ganglios linfáticos, los huesos o las articulaciones. Si los pulmones no están afectados, la transmisión por el aire no desempeña ningún papel y apenas existe entonces riesgo de contagio.
4.- ¿Enferma todo el que se contagia?
No. La OMS estima que en todo el mundo cerca de un tercio de las personas son portadoras de los gérmenes pero sólo entre un 5 y 10 de cada 100 infectados enferma a lo largo de su vida. Mientras la persona infectada siga sana, se habla de una infección tuberculosa latente.
Las defensas del cuerpo combaten los gérmenes y los mantienen controlados. Si la infección prospera, puede avanzar a una tuberculosis pulmonar “cerrada”, es decir, una tuberculosis cuyo foco está en los pulmones pero no está conectada con las vías respiratorias.
Ese tipo de enfermedad no es contagiosa. Más peligrosa es, sin embargo, lo que se denomina tuberculosis “abierta”, es decir, la que expulsa a las bacterias al aire.
5.- ¿Cómo es en el caso de los niños?
Los niños están especialmente expuestos a al enfermedad, pero a su vez normalmente contagian poco a otros. “Son especialmente sensibles a una infección y tienen un elevado riesgo de desarrollar una infección activa tras el contagio y caer gravemente enfermos”, explica la experta de RKI Lena Fiebig.
“Debido al menor número de gérmenes los niños contagian menos”. A los médicos les suele preocupar que la tuberculosis sea más difícil de detectar en niños que en adultos, ya que los síntomas a menudo no son poco claros.
6.- ¿Qué métodos existen para detectar la enfermedad?
Los pacientes suelen acudir al médico con síntomas ya avanzados como tos larga y persistente, sobre todo con esputo, sudores noctunos y pérdida de peso. Otra forma de detectarla es que el personal sanitario busque de forma activa entre los grupos de riesgo, en las personas que tienen contacto con enfermeos de TB.
Los diferentes controles ayudan a localizar la enfermedad y son indispensables las radiografías de los pulmones. Además, se pueden obtener pruebas de las bacterias si el esputo se analiza con el microscopio. También se puede realizar una prueba epidérmica y una de sangre, que mide la reacción de inmunidad a los gérmenes, aunque en esta prueba no se puede distinguir si una persona está sólo infectada o es portadora del agente infeccioso.
7.- ¿Cuándo y dónde se descubrió la tuberculosis?
El médico alemán y premio Nobel Robert Koch (1843-1910) descubrió el germen y habló de él el 24 de marzo de 1882, es por eso que en esa fecha ha sido declarada Día Mundial de la Tuberculosis. Por entonces la infección era una enfermedad corriente en Europa.
8.- ¿Cómo se trata?
La tuberculosis se combate normalmente con una combinación de al menos cuatro antibióticos, de los que dos al menos deben ser ingeridos durante seis meses. Al principio los enfermos son hospitalizados pero después el tratamiento sigue en casa.
Entre dos y tres semanas después del inicio de la terapia los pacientes dejan de ser una fuente posible de contagio. Interrumpir el tratamiento o acortarlo es peligroso y puede provocar que los gérmenes se hagan resistentes, o incluso multirresistente.
9.- ¿Cuál es la diferencia cuando se trata de una tuberculosis multirresistente?
En estos casos no funcionan los dos principales medicamentos que se emplean. Las bacterias son resistentes, lo que hace que el tratamiento más largo y complejo. Lena Fiebrig, la experta de RKI, explica: “Hay que acompañar bien a los pacientes durante el tratamiento, que en la mayoría de casos puede durar hasta dos años, a veces incluso más tiempo. Una tuberculosis multirresistente es difícil de tratar y la terapia puede conllevar efectos secundarios indeseados”.
10.- ¿Cuánto cuesta el tratamiento?
Como los casos de tuberculosis son muy diferentes unos de otros, los costes del hospital, la medicación y la asistencia pueden variar mucho. El tratamiento de un caso normal puede costar varios miles de dólares en un centro europeo. En el caso de una tuberculosis multirresistente la cifra puede escalar a varias decenas de miles de dólares o incluso más.