Aunque una puerta de hierro negro deja ver un ingreso, los árboles se acumulan en la entrada. En una casa antigua en plena avenida Oriental, antes de llegar al desnivel del Coliseo Rumiñahui, funciona el Centro de Salud La Vicentina.
Los pacientes del barrio deben bajar seis gradas, construidas con cemento y un poco de baldosa, para ver la sala de espera; un pequeño lugar en donde se acomodan 13 bancas azules unidas unas con otras. A las 08:30 de hoy, unas 12 personas estaban sentadas en el lugar. Antes pasaron por la zona de Estadísticas, para coger el turno correspondiente.
Para llegar a este sitio el paciente debe bajar las gradas y virar a la izquierda. Caminar unos 10 pasos hasta leer: “Ventana 1. Apertura de historias clínicas por primera vez”. Mientras el paciente espera la fila también puede leer: “llamar de forma gratuita al 171 para citas en medicina general, obstetricia, pediatría, psicología, odontología”.
Carmen Villarroel, de 48 años, no llamó. Como vive cerca prefirió ir directamente al lugar a coger una cita. Junto a su hijo, Horacio García, de 19 años, esperaba el turno de la 13:00. Él estaba con temperatura y con ansias de ser atendido lo antes posible. Antes de las 09:00 los médicos lo llamaron al consultorio. Y es que si no llega un paciente a la cita, otros que están a la espera pueden ocupar su lugar.
La mujer frecuenta este centro de salud y cree que es excelente. “A veces toca ir al de la Tola porque aquí no hay laboratorios, pero sí sirve”, dijo Villarroel. En el lugar también ayudan con citas domiciliares, dependiendo del caso y el paciente. Mientras Jessica Rojas, de 19 años, esperaba a su abuelita que estaba en el consultorio, contó que en el caso de su mamá que tiene epilepsia y su abuelo que ya no puede caminar, los doctores acuden hasta su casa para los chequeos respectivos. “Después del diagnóstico, solo toca subir a retirar los medicamentos”.
En el caso de su abuela es diferente. La señora tiene las piernas hinchadas por varios días y tras el diagnóstico será transferida al área de cardiología del Hospital Eugenio Espejo, a unos 15 minutos en auto desde el centro de salud. Pero la abuela de Rojas no puede ir inmediatamente. En la casa de salud se encargan de coger una cita.
La abuela bajó paso a pasos las gradas de madera del centro. Tomará medicación mientras espera la cita en el Hospital. Cuando ella salió del lugar, a las 9:05 de la mañana, la sala de esperas estaba casi vacía. Las personas que aguardaban una cita estaban en los consultorios. El lugar atiende hasta las 18:30.