La justicia española condenó a un cirujano estético y a una clínica de Madrid a indemnizar a una paciente a la que le colocaron, sin la debida información sobre los riesgos, implantes mamarios de silicona de la empresa francesa PIP, uno de los cuales sufrió una ruptura.
El juzgado de primera instancia número 50 de Madrid consideró que el cirujano Domingo Tomas Linares y el Centro Clínico Menorca no respetaron “el deber de información, por lo que (…) han de indemnizar el daño causado” a la paciente, según la sentencia judicial conocida este martes.
Se estima que unas 400 000 mujeres en todo el mundo llevan implantes mamarios producidos por la empresa francesa Poly Implant Prothèse (PIP), que cerró en 2010 tras descubrirse que rellenaba sus prótesis mamarias con un gel de silicona de tipo industrial y no medicinal.
La paciente cobrará 7 455 euros de indemnización porque, según la juez, en la información que recibió antes de la intervención “en modo alguno se hacía referencia a la posibilidad de rotura de los implantes, siendo un riesgo inherente a la operación (…) aunque el estado de la prótesis no se hubiese revelado defectuoso”.
La intervención fue realizada en abril de 2001 y la ruptura se produjo en marzo de 2008, mucho antes de que las autoridades francesas diesen la alerta sobre los riesgos de los implantes defectuosos de PIP.
El descubrimiento del uso del gel industrial se hizo en marzo de 2010 y las autoridades ordenaron el bloqueo inmediato de estos implantes, pero ya varias centenas de miles de piezas habían sido distribuidas por varios países.
A finales de enero, la justicia francesa inculpó al fundador de PIP, Jean Claude Mas, por “daños involuntarios” y fraude.