Imagen referencial. Dos mujeres comparten su experiencia en torno a la masturbación, un tema todavía tabú. Foto: Pixabay.
La palabra masturbación aún se la pronuncia con cierto recelo, a baja voz, casi casi entre dientes… Los chicos se sonrojan cuando la escuchan y evitan hablar de eso, a pesar de que tal acción es considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una actividad saludable.
En 2014, la revista Soho publicó un listado de diez curiosidades sobre la masturbación. Entre ellas destacan que el porcentaje de mujeres que se masturban alcanza al 89%, mientras que en hombres, esta cifra asciende al 95%.
Además, según este medio, “el orgasmo obtenido en la masturbación es más intenso que el producido en una relación sexual en pareja”. Por otro lado, las cifras muestran que los hombres son un 6% más ansiosos que las mujeres para autoestimularse.
Ahora bien, como la masturbación no es solo cosa de hombres, dos mujeres se atreven a contar sus experiencias, sensaciones y las razones por las que lo hicieron.
La historia de Jessica (nombre protegido)
La primera vez que me masturbé fue cuando tenía unos 16 años. A esa edad descubrí que en un canal (Cinemax) daban películas con contenido más explicito y empecé a verlas habitualmente. Ahí fue cuando empezó todo.
No tenía novio. De hecho, nunca había tenido relaciones sexuales con penetración. La masturbación era externa. Al inicio me gustaba, pero con el tiempo, después de tener mi primera relación sexual y de haber terminado con mi pareja, el gusto se convirtió en una especie de aflicción cuando llegaba al orgasmo.
Pero a pesar del sentimiento que tenía en ese momento, supongo que por la ruptura con mi novio, creo que la mejor forma de descubrir lo que es un orgasmo es a través de la masturbación, así uno aprende a conocer su cuerpo, ver y sentir hasta donde se puede llegar, lo que le excita, lo que le estimula para así sugerir a la pareja cuando se tiene relaciones.
Actualmente ya no me masturbo porque no siento la necesidad. Supongo que el deseo ha aminorado porque ya que vivo con una pareja estable y tenemos relaciones sexuales con regularidad. El placer que siento al tener relaciones con una pareja, en mi caso, hace que el deseo de masturbarme sea casi nulo.
La masturbación es algo totalmente natural y pienso que el hecho de que una mujer tenga miedo, repulsión o considere que no es normal, es un sentimiento adquirido ya sea a través de la crianza de sus padres o por alguna situación vivida. Al fin y al cabo el masturbarse puede ser un acto tan personal que no se necesita que nadie se entere.
El momento más común en que solía hacerlo era en la noche, antes de dormir. Un orgasmo, sea sola o acompañada, siempre produce un mejor sueño. Por eso, si en algún momento siento la necesidad de masturbarme lo volvería a hacer.
Creo que la masturbación se vuelve antinatural cuando se convierte en una obsesión, cuando la vida de una persona gira alrededor de esa acción. Como todo en la vida.
La historia de Celeste (nombre protegido)
Me masturbé por primera vez cuando tenía 22 años. Lo hice por curiosidad, por explorar una parte de mi sexualidad que no conocía. En ese momento tenía una pareja, pero aún así sentía ese deseo por conocer mi cuerpo.
No lo había hecho antes porque nací en medio de una familia conservadora que me crió con tabúes en torno al sexo y la sexualidad. Me hicieron creer que el sexo era malo. Dentro de ese tema, obviamente, estaba la masturbación, tema que entre las mujeres es más controversial todavía.
Por eso a aquellas mujeres que sienten ganas de hacerlo les digo que sigan su deseo. Si les apetece, ¿por qué no hacerlo? Pero también les digo que no fuercen las cosas. Cuando algo se hace por obligación no hay disfrute. Además, la masturbación no se compara con las relaciones sexuales. A mí me hace falta el calor de ese otro cuerpo, los cambios de ritmo, las sorpresas.
Cuando me masturbaba lo hacía también para liberar tensiones y no tenía ningún horario específico. Lo hacía cuando quería. ¿El resultado? Me sentía bien, relajada, liberada… por eso considero que la masturbación es saludable y no un acto maligno como me lo hicieron creer.