Un feto fue operado del cerebro en Boston, Estados Unidos, mientras aún permanecía en el útero de su madre.
En el interior de su progenitora, el feto de la que sería una niña desarrolló una malformación arteriovenosa de la vena de Galeno (MAVG), condición que hizo que la sangre se acumulara en su cerebro.
Si el feto nacía sin tratarse, el problema podía ocasionar un daño cerebral, problemas cardíacos o dificultades respiratorias que serían fatales.
Darren Orbach, radiólogo del Boston Children’s Hospital en Massachusetts, señaló que “con el tiempo, la vena se infla como un globo causando serios problemas de salud, ya que la circulación puede verse afectada incluso en otras partes del cerebro y otros órganos, como los pulmones y los riñones”.
Como el problema fue detectado en la semana 30 de embarazo, los galenos pudieron decidir sobre que tipo de intervención quirúrgica realizar.
Si bien en otras ocasiones, los médicos ya realizaron una operación arriesgada para resolver esta condición que consiste en trabajar en el feto mientras está en útero, esta fue la primera vez que se operó para tratar este tipo de malformación.
Operación experimental
Los padres de la futura niña se inscribieron en un ensayo clínico de un tratamiento quirúrgico en el útero para ver si los médicos podían ayudar a la menor.
Luego de unos días fueron notificados sobre la aceptación del caso y a las 34 semanas de gestación, el 15 de marzo de 2023, la madre ya estaba sometiéndose a la cirugía experimental.
Según Orbach, en la operación se buscó mover físicamente al feto alrededor del útero, para asegurarse de que se pudiera acceder al cerebro desde el frente.
Una vez ubicado, se le administró una inyección al feto para evitar el dolor y que se mueva.
A través de imágenes de ultrasonido, los médicos introdujeron un catéter a través de una aguja para colocar una serie de diminutas espirales de platino en la bolsa llena de sangre. Una vez que cada uno fue liberado, se expandió, ayudando a bloquear el punto donde la arteria se unía a la vena.
Una vez que los profesionales observaron que el trabajo funcionó, dejaron de inyectar bobinas y retiraron la aguja con cuidado.
Tras dos días de la operación experimental, la niña nació sin problemas en su cerebro.
La bebé de siete meses sin saberlo, se convirtió en un hito para la salud mundial que permitirá a través de replicar el proceso quirúrgico que le practicaron, salvar la vida de muchos fetos con la misma condición.
Más noticias:
Visita nuestros portales: