El Ministerio de Saludo realiza en el Parque Samanes una campaña encontrar del tabaco. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
El tabaco mata hasta a la mitad de sus consumidores. Cada año mueren casi seis millones de personas por su causa y más de 600 000 de ellos son no fumadores expuestos al humo de tabaco ajeno. Casi el 80% de los mil millones de fumadores en el mundo viven en países de ingresos bajos o medios.
Esa es la radiografía de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la incidencia del tabaco en el mundo. Este domingo 31 de mayo, como cada año, se recuerda el Día Mundial Sin Tabaco, que busca fomentar un período de 24 horas de abstinencia de consumo.
En Guayaquil, el Ministerio de Salud Pública organizó una feria lúdica en el parque Los Samanes, en los exteriores del estadio Christian Benítez. Bajo carpas, personal de salud dio charlas sobre temas médicos, psicosociales y legales.
La doctora Nidia Vargas, del centro de salud Francisco de Orellana, en Sauces 8, habló a varios grupos sobre los efectos nocivos a la salud. “De 9 a 11 muertes en el Ecuador están relacionadas con el consumo de tabaco, entre ellos los cánceres: a la garganta, a la lengua, a los pulmones, al páncreas, incluso al estómago por las úlceras que genera. El tabaco tiene más de 4 000 sustancias químicas y dentro de ellas 269 son las más nocivas como nicotina, alquitrán, arsénico…”.
Pablo Lama hizo un alto a su paseo familiar por el parque para visitar las carpas. En su recorrido conoció el respaldo legal que tiene la campaña antitabaco en el país. En 2011 se aprobó la Ley Orgánica para la Regulación y Control de Tabaco, que incluye restricciones para la venta, disposiciones del etiquetado, advertencias y presentación, disposiciones de la publicidad, restricciones al consumo y medidas fiscales.
En su artículo 21 también se establecieron los espacios libres de humo: “Declárese 100% libres de humo de tabaco y prohíbase fumar o mantener encendidos productos de tabaco en todos los espacios cerrados de las instituciones públicas o privadas; lugares atención y acceso al público; medios de transporte público en general, entre otros”.
El país, el cigarrillo es el producto de tabaco de mayor consumo. Para disminuir los índices se han realizado tres incrementos de impuestos: en 2007, 2011 y 2014. “Son medidas necesarias que debemos respaldar, en especial porque los niños y jóvenes son los más vulnerables en estos tiempos”, dijo Lama.
Este año, la OMS da énfasis al Protocolo para la Eliminación del Comercio Ilícito de Productos de Tabaco, emitido en noviembre de 2012. Ecuador suscribió este protocolo en el 2013 y la ratificación se encuentra en análisis en la Asamblea Nacional.
La meta de la OMS es acabar con el comercio ilícito de tabaco, que permitiría a los gobiernos recaudar anualmente USD 31 000 millones en concepto de impuestos, además de mejorar la salud pública. “Según algunos estudios, y por la información proporcionada por la comunidad aduanera mundial, el mercado del tabaco ilícito podría suponer hasta una décima parte de los cigarrillos consumidos en el mundo”, cita el organismo en un comunicado.
Esta mañana, en la feria organizada por el Ministerio de Salud en Guayaquil, la muerte se paseó entre los asistentes. Vestida con un traje negro y un cigarrillo enorme en sus manos, este personaje intentó hacer conciencia sobre los problemas psicosociales que genera el tabaquismo.
Una de las carpas fue adaptada para un cine foro. Aquí se concentraron varios jóvenes para observar un documental de 20 minutos, con testimonios sobre las secuelas de este mal.
La sicóloga Ghislayne Loor, del centro de salud de Samborondón, les explicó algunos riesgos. “Deben ser concientes de que no solo ellos se afectan. Quienes los rodean, sus seres queridos, también se vuelven consumidores pasivos y pueden sufrir graves consecuencias”.
Las enfermedades relacionadas con el tabaco son una de las mayores amenazas para la salud pública del mundo. La OMS afirma que cada seis segundos, aproximadamente, muere una persona a causa de una enfermedad relacionada con el tabaco (seis millones al año). De no aplicar cambios, para el 2030 esta cifra superará los 8 millones.