Un informe de investigadores del la Liverpool John Moores University muestra relación entre el consumo de cigarrillos electrónicos y la ingesta de alcohol en adolescentes. Foto: Archivo EL COMERCIO
Uno de cada cinco adolescentes en el Reino Unido tiene fácil acceso a los cigarrillos electrónicos, cuyo consumo también está “estrechamente vinculado” a la ingesta de alcohol entre los más jóvenes, reveló hoy (31 de marzo de 2015) un estudio.
El informe, elaborado por investigadores de la Liverpool John Moores University, destacó que, de los adolescentes consumidores, un 16 % nunca hubiese probado los cigarrillos electrónicos si no fueran tan accesibles.
El experto Mark Bellis aseguró en el documento que la “rápida penetración” en la “cultura adolescente” de un producto que, “en esencia, es una nueva opción de droga”, es un fenómeno que “no tiene precedentes” en el país.
El estudio analizó las respuestas de 16 000 estudiantes del noroeste de Inglaterra de edades comprendidas entre los 14 y los 17 años, a los que se interrogó sobre sus hábitos de consumo de tabaco y alcohol.
Un 20% de los encuestados respondió que había comprado en alguna ocasión cigarrillos electrónicos, una cifra que comprende a más chicos que chicas y que aumenta si también sube la edad y si el sujeto vive en una zona desfavorecida.
De ese 20%, el 16% nunca había fumado antes; un 23% había fumado, pero no le había gustado; un 36% era fumador habitual; un 12% solo fumaba cuando bebía y un 14% era exfumador.
Otro de los autores del informe, la académica Karen Hughes, explicó que el acceso a cigarrillos electrónicos está también “estrechamente relacionado” con el consumo de alcohol entre adolescentes.
“Aquellos que beben tienen más posibilidades de acceder a cigarrillos electrónicos que los que no beben, independientemente de que fumen cigarrillos normales o no. Esto sugiere que los cigarrillos electrónicos han pasado a formar parte rápidamente del repertorio de substancias a disposición de jóvenes en riesgo”, indicó Hughes.
Bellis recordó que, hasta la fecha, el debate sobre los cigarrillos electrónicos ha girado en torno a si son una “puerta de entrada” para el consumo de tabaco convencional, si bien reiteró que contienen una “droga” que puede tener “serias consecuencias a largo plazo” para la salud de los menores, dado que aún “están en desarrollo”.
“Entre los hallazgos que más preocupan -agregó- destaca el hecho de que el número de adolescentes exfumadores con acceso a cigarrillos electrónicos es superado por el de aquellos que nunca ha fumado, pero que deciden experimentar con un producto que puede haber sido empaquetado para parecer seguro y atractivo, aunque en realidad contiene una droga altamente adictiva”.