Además de las muertes prematuras, los contaminantes producidos por la quema de carbón también provocan otras enfermedades. Foto: Flickr / eutrophication&hypoxia
La contaminación de las centrales térmicas de carbón europeas fueron responsables de más de 22 900 muertes prematuras en Europa en 2013, una cifra similar a los fallecidos en accidentes de tráfico ese año (26 000), según un informe WWF apoyado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El estudio, “La nube negra sobre Europa: efectos de la quema de carbón sobre la salud y la economía de la UE” publicado por WWF junto a la Alianza para la Salud y el Medio Ambiente (HEAL) y la Red de Acción por el Clima en Europa (CAN), analiza los impactos en la salud de la contaminación del aire provocada por las plantas de carbón de las que se tienen datos en la UE: 257 de las 280 existentes.
Su conclusión, además, es que las emisiones provenientes del carbón en toda Europa causaron “decenas de miles de casos de mala salud por enfermedades del corazón o bronquitis“, y un gasto sanitario de hasta 62 300 millones de euros, incide el documento.
Los datos apuntan a que los cinco países que más muertes provocan fuera y dentro de su territorio -ya que “el polvo nocivo producido por estas centrales viaja más allá de las fronteras europeas”- son Polonia (5 830 muertes prematuras), Alemania (4 350), Reino Unido (2 870), Rumanía (2 170) y Bulgaria
(1 570).
España, con 1 170, es el sexto país responsable en muertes prematuras causadas por las plantas de carbón y sus centrales térmicas más contaminantes son Andorra, en Teruel; Aboño, en Asturias; As Pontes, en Galicia, y Litoral, en Almería.
Al contrario, hay siete países de la UE que no queman carbón: Bélgica, Chipre, Estonia, Letonia, Lituania, Luxemburgo y Malta, y tres que se han comprometido a dejar de usarlo: Portugal en 2020 y Reino Unido y Austria en 2025.
Además de las muertes prematuras, los contaminantes producidos por la quema de carbón también provocan otras enfermedades, como cerca de 11 800 nuevos casos de bronquitis crónicas y 538 000 millones de ataques de asma en niños en la UE, según estas organizaciones.
El informe subraya que, aproximadamente, 21 000 ingresos hospitalarios y 6,6 millones de pérdidas de días de trabajo están relacionados con las emisiones de las centrales de carbón en Europa.
Los impactos del carbón en la salud, junto con la reducción de la productividad causada por la abstención en el trabajo, también generan un impacto económico, cuantificado por estas organizaciones entre 32 400 y 62 300 millones de euros en 2013.
Raquel García, técnico del programa de clima y energía de WWF España, denuncia a Efe que estos costes “no están cubiertos por el sector del carbón sino que los asume la sociedad, incluyendo los costes directos e indirectos en la salud que recaen sobre los presupuestos nacionales en sanidad“.
“El cierre de las centrales térmicas de carbón es imprescindible, además de para la salud pública, para cumplir con el Acuerdo del clima de París, en el que se pactó limitar el aumento de la temperatura global por debajo de los 1,5 grados”, agrega García.
La portavoz de WWF recuerda que el 18% de las emisiones de efecto invernadero de Europa proceden de los humos de las 280 centrales de carbón, y reclama el fin de las subvenciones al carbón en España en 2018 y el cierre de las plantas que queman este combustible en 2025, “con una transición justa para el sector minero”.
“La contaminación del aire es responsable de millones de muertes, pero la buena noticia es que reducir el uso del carbón ofrece una oportunidad única para mejorar la calidad del aire y mitigar el cambio climático, y por consiguiente proteger la salud“, sostiene el doctor Roberto Bertollini, científico jefe y representante de la OMS en la UE.