La peluquería canina, un servicio que implementa medidas de bioseguridad en Quito

Los perros que son llevados para servicios de peluquería son ingresados por sus dueños a las jaulas. Fotos: Cortesía Diego Sierra, Edwing Encalada / EL COMERCIO

Los perros que son llevados para servicios de peluquería son ingresados por sus dueños a las jaulas. Fotos: Cortesía Diego Sierra, Edwing Encalada / EL COMERCIO

Los perros que son llevados para servicios de peluquería son ingresados por sus dueños a las jaulas. Fotos: Cortesía Diego Sierra, Edwing Encalada / EL COMERCIO

El servicio de peluquería canina es una de las actividades que intenta reactivarse en Quito, bajo protocolos de bioseguridad que cada establecimiento estableció para evitar un contagio de covid-19.

Estas opciones de peluquería canina se promocionan en redes sociales. En Facebook e Instagram se ofertan más de 25 establecimientos, con diferentes precios, servicios a domicilio y tratamientos adicionales a un corte de pelo.

Entre las reglas que estos negocios han establecido, están reservar una cita previa, establecer circuitos para retirar a los animales de sus domicilios, llevarlos en kennel o cajas transportadoras y el uso de líquidos desinfectantes.

Según Diego Sierra, de Dog Peluquería, antes de retomar la actividad, decidieron invertir en trajes, protectores faciales, guantes, mascarillas, alcohol antiséptico y kennel o cajas transportadoras de animales.

“Dos personas acuden con un vehículo al domicilio del cliente, se procede a llamarlo a su teléfono celular para que salga con el animal y lo deposite en el kennel, ya que nuestro personal tiene prohibido tocar timbres, paredes o puertas como medida de seguridad”, reseña.

Un empleado de Dog Peluquería espera a que su cliente sea colocado en la jaula para ser trasladado. Fotos: Cortesía Diego Sierra, Edwing Encalada / EL COMERCIO

Sierra cuenta que sus clientes han accedido a su pedido de que los animales sean cargados para evitar un contacto con el suelo. Demoran un promedio de 150 minutos en cada perro, dependiendo del tamaño de cada can. “Hay perros como los pastores ovejeros, que el baño, secado y peinado puede durar hasta tres horas”, añade.

Los precios que manejan van desde los USD 20 e incluyen la transportación, corte de uñas, limpieza de oídos, corte de pelo, baño con agua caliente, acondicionador y champú, además de una sesión de ozonoterapia, que a más de darle brillo al pelaje, el proceso sirve de fungicida y bactericida, como medida preventiva ante el covid-19. El servicio no comprende el lavado de dientes.

Este negocio, que se inició hace cinco años, antes de la pandemia daba cobertura en toda la ciudad y los valles. En la actualidad, diseñaron un circuito de 8 km a la redonda para realizar su servicio hasta que inicie el Toque de Queda, es decir, abarcan desde Calderón hasta la Jipijapa.

Para Lucía Tulcanaza, de la Clínica Veterinaria San Luis, previo a retomar el servicio establecieron protocolos de atención, como agendar una cita, medir la temperatura corporal a sus clientes con un pirómetro óptico, desinfectar el calzado antes de ingresar a la clínica, exigir el uso de mascarilla, guantes y que una sola persona entre junto al animal. “Hemos agilizado la atención, para que en la sala de espera solo esté una persona con su animal”, añade.

El protocolo también incluye el uso de amonio cuaternario antes de abrir y al cerrar el local. Este químico también es usado cuando van a retirar a los animales en el domicilio de sus dueños.

“Cuando vamos a retirarlos, se ingresa con el vehículo a los conjuntos habitacionales o edificios, en donde el auto procede a ser fumigado. Nuestro personal va con trajes, guantes, mascarilla y protectores faciales para retirar a los animales. Al dejarlos, el proceso se repite”, explica Tulcanaza y añade que antes de la emergencia sanitaria, atendía hasta 30 clientes a diario, de los cuales 12 eran solo para el servicio de peluquería, que ahora se ha reducido a cinco diarias.

La Clínica Siberian, a través de su página de Facebook, explica los protocolos que estableció para retomar la actividad, en donde a más de recordar la importancia de obtener una cita previa, esta debe respetar los turnos pactados con anterioridad, mantener una distancia prudente de dos metros con otros clientes, prohibir el ingreso a las personas de la tercera edad, niños o familias en grupo.

Se indica, además, que antes de ingresar a la sala de espera, debe desinfectarse el calzado, usar gel antibacterial en sus manos antes de ingresar y al salir del establecimiento. Se advierte que todo gato debe ser transportado en un kennel. Quienes van con un perro, recomiendan llevarlo obligatoriamente con una correa.

Con una ilustración, esta clínica explica en su página de Facebook: “si presenta síntomas gripales, fiebre o no te sientes bien, por favor no asistas, quédate en casa y llama al 171 para reportar tu estado”.

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