Ocho actores hacen parte del elenco y un ‘coro’ de 14 estudiantes recrea la multitud de ‘Asalto al centro comercial’. Foto: Cortesía Muégano Teatro
Una investigación sobre la violencia a la que el capitalismo aboga, al querer sustituir con el consumismo toda una serie de faltas y afectos. Así describió, en su momento, Pilar Aranda a la pieza teatral ‘Asalto al centro comercial’, que la compañía Muégano Teatro viene construyendo desde hace más de un año y que estrena esta noche (18 de septiembre del 2018) en Guayaquil, en el marco del Festival Internacional de Artes Escénicas (Fiartes).
Los ‘malls’ son visualizados por el grupo como espacios de idealización, donde se intentan hacer los sueños realidad, pero la imposibilidad de realización termina generando violencia, explicó Aranda, actriz y directora actoral de la obra. Tras el estreno en el Fiartes, la obra permanecerá en cartelera una primera y breve temporada hasta el domingo 23 de septiembre, en el Espacio Muégano del Puerto Principal.
En la pieza, un ‘comando Zaratustra’ de mujeres se organiza para tomar por asalto y dinamitar un centro comercial en un llamado a rebelarse de manera radical y drástica contra el consumo.
“Nuestra crítica al capitalismo está atravesada por la lucha contra el patriarcado, pero la obra es muy masculina en el sentido de estallar la masculinidad, como escritor he llegado a momentos de violencia inédita, con un lenguaje muy urbano, que llega a una procacidad naturalizada”, explicó Santiago Roldós, quien escribió y codirige la pieza. “Siento que hay momentos en el que el patriarcado habla sobre sí mismo; pero si alguna virtud tiene esta obra es la de ser un arma contra el machismo”.
La estructura de la obra rompe con la concepción convencional de la trama; emplea más bien un “carácter onírico y utópico”, una de las características del teatro de Muégano. Las obras del grupo suelen ser también de naturaleza fragmentaria. “Son como rompecabezas, hay que partirle la cabeza al espectador para divertirlo, porque procuramos que la pieza sea divertida. Nos gusta la fiesta, bailar, cantar, el humor maldito”, señala Santiago Roldós. “Esta es una obra maldita en la acepción clásica literaria, pero también en la acepción guayaquileña”, añade.
También es la obra con mayor número de actores en escena de Muégano, cuyas obras suelen incluir a pocos intérpretes. Aranda y Roldós actúan junto a Marcia Cevallos, Bárbara Aranda, Estefanía Rodríguez, Gilby de la Paz, Cristian Guerrero, Johnny Campoverde y el Coro del Cóndor Pasa Electrónico. El ‘coro’ lo integran 14 estudiantes de la Universidad de las Artes (UArtes).
El germen de la obra nace del ‘Libro de los pasajes’, de Walter Benjamin, en que el filósofo alemán reflexiona sobre el papel de las primeras galerías y pasajes comerciales en París a finales del s. XIX, “muy paradigmático del capitalismo hecho naturaleza”. Esas galerías eran los abuelos de los ‘malls’.
“También hay un origen irracional -agrega el autor-, que tiene que ver con nuestra mirada sobre cómo se desarrolla la vida cotidiana a partir de la centralidad que tienen los centros comerciales, que son como los verdaderos centros culturales de Guayaquil, nos parecía una buena idea delinquir contra esta iglesia contemporánea guayaquileña”.
Roldós presentó en la reciente Feria del Libro ‘Juguete cerca de la violencia’ (El Fakir), con seis textos teatrales de la compañía, un libro que busca nuevas posibilidades para sus obras en otras latitudes o en otras épocas, dice. “Lo que siempre hemos pretendido es oponer resistencia, plantear que la realidad es también una ficción, un hecho producido, ensayado, dirigido por el poder en sus múltiples instancias (…) Descomponer la realidad para dejarla en evidencia, y dejarla en evidencia sobre todo como un ardid”, finaliza.