En la exposición de Dalí también están obras realizadas por 14 artistas gráficos ecuatorianos. Foto: Mario Faustos / El Comercio
Un collage Salvador Dalí combina una pila de coloradas y apetitosas langostas y la imagen de una virgen renacentista, sangrante y desmembrada, con una flecha clavada en el corazón, que desde las heridas abiertas de sus brazos faltantes riega con sus jugos el plato.
En otra obra, un gran pez oculta en su forma las piernas, el pubis y el seno de un cuerpo de mujer. El plato, que incluye una cama de camarones, está dispuesto en realidad sobre un mausoleo de mármol.
Las alusiones a la muerte y a una noción de canibalismo, pero también una crítica política y religiosa latente, marcan en gran medida la serie de 12 fotomontajes ‘Las cenas de Gala’ del genio surrealista español.
Se trata de una de las dos series de grabados de Dalí (1904-1989) que exhibe desde el viernes el Museo Municipal de Guayaquil y que llegaron al país gracias a la Embajada de España y a la Fundación Universitaria Iberoamericana (Funiber), propietaria de las colecciones ‘Las cenas de Gala’ y ‘Los Sueños Caprichosos de Pantagruel’.
La muestra permanecerá abierta hasta el 31 de mayo en Guayaquil y se exhibirá en Quito del 4 al 30 de junio en el Museo Metropolitano de la capital, según informó Gabriela Larrea, directora Funiber Ecuador, organismo que promueve educación superior y cultura y que busca llevar luego la exposición también a Cuenca.
“Es una oportunidad para el público ecuatoriano de apreciar este surrealismo particular de Dalí, en una faceta de su obra no tan conocida como la de grabador; un surrealismo lleno de simbolismo, que entraña una segunda mirada y ofrece otra perspectiva e interpretación de la realidad”, indicó Larrea.
En la colección ‘Los Sueños Caprichosos de Pantagruel’, de 25 litografías a color, impresas en papel japonés, Dalí reinterpreta de forma desbordante y surrealista las ilustraciones que había realizado François Desprez -en el siglo XVI- para los relatos de los gigantes ‘Gargantúa y Pantagruel’, del escritor francés François Rabelais.
En sus versiones sobre una obra ya satírica del Renacimiento, Dalí exacerba las criaturas y monstruos fantásticos, los dota de miembros viriles y detalles vomitivos por ejemplo, en litografías con fondos de colores vivos.
Las obras de ‘Las cenas de Gala’ hacen parte de los grabados-collages que el artista creó para ilustrar un recetario surrealista en colaboración con los cocineros del restaurante parisino Maxim’s, e inspirado en las cenas opulentas que brindaban Dalí y Gala (1894-1982), su mujer y musa, llamada en realidad Elena Ivanovna Diakonova.
“Estos bufés que brindaban Dalí y Gala tenían la impronta de las puestas en escena del arte, cenas fastuosas con detalles estrafalarios y, de hecho, el volumen de delirantes recetas, que incluían ingredientes exóticos y fantasiosos, es un abordaje del género del libro de arte”, indicó Fernando Mayorga, del Museo Municipal. El libro de 136 platos con pinturas y collages fue reeditado en el 2016 por la editorial Taschen.
Mayorga repara en otro de los grabados con fotomontaje que tiene detalles de la obra ‘El jardín de las delicias’ del Bosco, artista flamenco renacentista. Dalí está refiriendo a obras de la historia del arte, sobre todo del arte renacentista, pero también a su propia obra con detalles como sus relojes blandos o derretidos de una de sus pinturas más célebres, ‘La persistencia de la memoria’.
La exposición incluye además una tercera sala con 42 grabados contemporáneos en técnicas como linografía, xilografía, colagrafía y aguafuerte del proyecto Ser Urbano. Se trata de una colección de la Fundación Estampería Quiteña, producto de una residencia de 14 artistas gráficos ecuatorianos que asistieron al taller Alfara Estudio de Salamanca.