La llegada del verano también es sinónimo de un incremento en los índices de radiación solar y el inicio de la época seca. En Quito, se enfrenta una etapa de transición de la época lluviosa a la veraniega.
Pero los altos niveles de radiación UV que se registran en la Sierra ecuatoriana no solamente afectan a las personas, pues los animales también pueden verse perjudicados, especialmente los de color blanco y de pelaje corto.
Según José Changoluisa de la Clínica Veterinaria San Marcos, los perros blancos tienden a tener un problema de despigmentación por ausencia de melanina y para protegerlos. Él recomienda el uso de una camiseta cómoda y ligera que proteja las zonas de su cuerpo expuestas al sol. “Sin importar la raza del can, se debe usar protector solar en sus narices para evitar quemaduras que con el tiempo pueden desencadenar en un lupus”, añade.
En los últimos años se registró un aumento de los casos de cáncer de piel en animales directamente relacionados con la exposición solar. Uno de los síntomas de la enfermedad es la picazón en la nariz y en las orejas. Por esta razón, el animal se lame –a veces con desesperación- al punto de producirse heridas sangrantes que no cicatrizan.
En el conejo, en cambio, se produce una resequedad en el borde de las orejas y a veces también en la zona cercana al ojo. En otras especies, la exposición prolongada puede provocar incluso una evaporación de la película lagrimal, la capa más externa del ojo que recubre la córnea.
En la época más calurosa del año, el animal debe tener acceso directo a fuentes de hidratación constante. Foto: Cortesía Vamos Perros
Para Deborah Torres, representante del colectivo Vamos Perros, es necesario sacar a pasear al can, sobre todo si es de raza grande, ya que le ayuda a desestrezarse, pero tomando las precauciones del caso.
Antes de salir con sus mascotas por la mañana, ella unta protector solar en las narices de sus dos canes, les revisa sus patas y les hace portar un ‘camelbak’ diseñado para mascotas, en donde carga hidratante, protector solar, botas, y alimento. “Las botas son para usarlas en lugares donde haya mucho frío”, añade.
Torres practica trail y junto a sus perros se ha aventurado a destinos de playa como en alta montaña. Ella suele hidratar a sus perros cada 15 minutos. Al final de las caminatas, ella vuelve a revisar las patas de sus mascotas para ver si se presentó alguna laceración, desinfecta la zona y luego procede a untar una crema humectante. Por la noche, unge aceite de coco en patas y nariz de sus canes.
El veterinario Marco Caiza, recomienda además que durante el verano las mascotas permanezcan bajo techo, sobre todo entre 11:00 y 15:00, que son las horas de mayor radiación solar en la Serranía y la playa.
Changoluisa añade que al sacar a pasear a los perros en esa franja horaria, lo puede exponer a un asfalto caliente que podría lastimar las patas de los animales con quemaduras. Estas, en corto plazo, podrían generar ampollas, irritación o sangrado, según el grado de afectación que tengan.