John Le Carré falleció el pasado sábado 12 de diciembre, a los 89 años. Antes de ser escritor fue espía. Foto: Archivo particular
Con la publicación de ‘Llamada para el muerto’ (1961), el escritor británico John Le Carré, quien falleció el sábado pasado, 12 de diciembre del 2020, a los 89 años, transformó las novelas sobre espías y las convirtió en “alta” literatura. El protagonista de esta historia es George Smiley, un espía que trabaja en ‘The Circus’, el Servicio Secreto de Inteligencia Exterior del Reino Unido. Con el paso del tiempo, este personaje se convirtió en una de las figuras más recurrentes en sus novelas.
Con Smiley, Le Carré rompió el molde físico y psicológico que se había construido sobre los espías, sobre todo con los que aparecían en las novelas de Ian Fleming. Smiley es un hombre de baja estatura, con sobrepeso, calvo y con lentes. Esta apariencia le sirve para enmascarar su inteligencia, su envidiable memoria y su crueldad. Asimismo, le ayuda a que sus enemigos lo subestimen y para que él pueda lograr sus objetivos.
Su cinismo y su cansancio frente a la vida, sumados a sus problemas maritales y a su pasión por la literatura, lo convirtieron en la antítesis de James Bond, el personaje icónico de Fleming. A través de él logró construir un mundo literario que gira alrededor de todo lo que sucedió durante la Guerra Fría. Por eso, no es casualidad que un agente soviético sea el enemigo y espejo de Smiley.
Esta nueva estampa del espía que creó Le Carré está presente en novelas como ‘El topo’, ‘El peregrino secreto’, ‘El legado de los espías’ y ‘El espía que surgió del frío’, que es considerada una de las mejores novelas de este género, de todos los tiempos. La novela tiene como uno de sus protagonistas al espía inglés Alec Leamas, quien realiza una operación contra el jefe del contraespionaje de Alemania Oriental. La historia se desarrolla en Inglaterra y en Alemania, a principios de la década de 1960.
Al igual que en la mayoría de sus novelas, Le Carré arma una trama narrativa en la que están presentes la traición, la mentira, los pactos, la defensa de las libertades contra el totalitarismo pero, sobre todo, la lucha por permanecer moral en un mundo inmoral. El éxito que obtuvo la llevó al cine en 1965, bajo la dirección de Martin Ritt y la actuación de Richard Burton en el papel protagónico.
En ‘Un hombre decente’, uno de sus últimos libros publicados, Le Carré definió a su espía más famoso con en esta frase: “Smiley sabía que había utilizado los métodos del absolutismo para derrotar a Karla y sintió que había sacrificado su propia humanidad, que se había traicionado a sí mismo”.
Esta lucha interna que tienen los espías, en relación con sus valores y de la que habla el autor británico, también está presente en Tomás Nevinson, uno de los personajes memorables del escritor español Javier Marías; en Víctor Maskell, el protagonista de ‘El intocable’ de John Banville; en Mike Martin, que aparece en ‘El afgano’ de Frederick Forsyth; e incluso en la última entrega de James Bond ‘Octopussy and The Living Daylights’, que se lanzó solo cinco años después de la aplaudida aparición literaria de George Smiley.
Nevinson, por ejemplo, es un joven que vive entre dos culturas, la española y la inglesa. Su habilidad para los idiomas y su facilidad para imitar los acentos llaman la atención de los servicios de inteligencia: el MI5 y el MI6. Durante décadas lleva una doble vida, que dentro del trabajo funciona a la perfección, pero que fuera, se llena de grietas, que lo hacen cuestionarse sobre su existencia. No está cansado de la vida como Smiley, pero sí de las interrogantes morales que se le presentan después de terminar cada misión.
El conflicto, producto del enmascaramiento que viven los espías, también está presente en Víctor Maskell, un eminente historiador del arte, experto en Pussin y conservador de la colección de pinturas de la Reina de Inglaterra, que entre los años treinta y sesenta también fue un topo de los rusos infiltrado en el corazón del ‘establishment’ británico.
Las reflexiones éticas sobre su vida pasada comienzan cuando es expuesto públicamente como un traidor en la Cámara de los Comunes, por Margaret Thatcher. Es el cuarto hombre del mítico grupo de espías de Cambridge. Entre el momento que es lanzado al escarnio público y el encuentro que tiene con una periodista, a la que le cuenta detalles de su pasado, Banville le regala al lector uno de los retratos más atractivos de un exespía.
En ‘Volar en círculos’, la autobiografía que Le Carré publicó en el 2016, el autor cuenta anécdotas sobre el enojo que causaron personajes como Smiley en sus antiguos jefes. Asimismo, señala que para él convertir en ficción una carrera en el espionaje no es lo peor que puede hacer un agente desencantado. Finalmente, lo que intentó mostrar es que la vida de un espía, como la de cualquier otra persona, está poblada de claroscuros.
Después de la caída del Muro de Berlín, Le Carré siguió escribiendo con éxito historias sobre espías. La indignación que le provocó el resultado del referéndum del Brexit, en el 2016, lo llevó a escribir un nuevo libro, ‘Un hombre decente’, en el que resucitó a Smiley, su compañero de toda la vida, que había estado en las sombras durante décadas.