Las leyendas tsáchilas se convirtieron en baile y son

El grupo Generación Tsáchila durante una presentación en una fiesta familiar en la comuna El Poste. Foto: Juan Carlos Pérez/ EL COMERCIO.

Los mitos que contaban las abuelas tsáchilas se convirtieron en canciones. El grupo musical Generación Tsáchila, las acopló a los ritmos tropicales como la cumbia y el merengue.
El director de la banda, Félix Aguavil, asegura que los mitos se dejaron de contar en las siete comunas tsáchilas porque a los jóvenes no les interesaba escuchar las historias de los adultos mayores: “Estábamos perdiendo nuestra identidad, porque las leyendas forman parte del costumbrismo de los moradores del lugar”.
Aguavil recuerda que al principio no fue fácil darle melodía a los escritos. Así que recibieron la ayuda del marimbero tsáchila Mateo Calazacón. Él ya tenía canciones en marimba, así que las adaptaron a ritmos tropicales y mezclaron sonidos de piano, batería, timbales (tambores cilíndricos) y guitarra. “Dejamos la marimba de lado para darle un toque moderno para que las personas se interesaran más”, cuenta.
Otro de los objetivos era recuperar el idioma. Según un estudio de la Gobernación Tsáchila, solo el 50% (1 100) de los nativos habla el idioma ancestral tsa’fiki.
Generación Tsáchila tiene canciones en la lengua nativa y otras en español y tsa’fiki. Una de esas es el Sonamantaca, que significa ‘mandarina’. Esta canción relata la historia de un hombre que es muy obediente a las órdenes de su esposa. “El mandarina ha existido siempre y en los tsáchilas no es la excepción”, dice Yordy Aguavil, corista del grupo.
Pero la canción que se ha ganado los aplausos del público tsáchila es Lukela, porque es uno de los mitos que se cuentan desde hace unos 500 años en las reuniones familiares de la nacionalidad.
Es cantada en tsa’fiki y se refiere a la fiesta Kasama (nuevo amanecer), que es la celebración más relevante de la etnia.
Según la tsáchila Susana Calazacón, su abuela Ana le contó que cada año cuando se celebraba el Kasama los animales del bosque tenían la oportunidad de convertirse en tsáchilas.
En una de las fiestas llegó un león con la forma de un humano. Pero en la madrugada, luego de haber tomado mucho malá (chicha) empezó a convertirse en animal y su cola sobresalía de su manpe tsanpa (falda tsáchila).
Los asistentes a la fiesta se alarmaron al ver al león y la fiesta terminó. “Me emociona escuchar la canción porque me recuerda a mi abuela y además porque los tsáchilas no hemos guardado libros donde se recopilen esas historias”.
Por eso, Félix decidió grabar esta canción. En las presentaciones se disfrazan de león para cantar. “Lo hacemos al final para cerrar con broche de oro”.Generación Tsáchila grabó su primer disco con ocho canciones. El lanzamiento se realizó en marzo del 2014. La agrupación está conformada por Félix, Manuel, Alexander, Yordy, José, Cristina y Jéssica Aguavil.
Ellos nacieron en la comuna El Cóngoma Grande, en el sector la Congomita. Los integrantes tienen entre 20 y 30 años. El grupo realiza cada fin de semana una presentación en las comunas tsáchilas. Ellos cobran entre USD 200 y 400.
Para el 2016 se preparan para lanzar un nuevo disco en el que le rendirán un tributo al cerro El Bombolí. Este lugar es sagrado para los tsáchilas, debido a que hace unos 400 años hubo un diluvio que acabó con las casas de la comuna, así que los tsáchilas corrieron hasta subir a la montaña, refirió Félix Aguavil.
“Por muchos años se lo consideró una deidad porque nos salvó. Luego llegaron los colonos y construyeron una iglesia católica en el lugar y nosotros nos quedamos sin nuestro Dios”, señaló.
Además, quieren probar suerte en otros cantones como El Carmen y La Concordia.