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Latinoamérica lideró las propuestas en contra del cambio climático

Miles de personas participaron en la Marcha de los Pueblos para pedir acciones urgentes de los estados frente al cambio climático y su impacto. Foto: Alonso Chero/ AFP

Miles de personas participaron en la Marcha de los Pueblos para pedir acciones urgentes de los estados frente al cambio climático y su impacto. Foto: Alonso Chero/ AFP

Miles de personas participaron en la Marcha de los Pueblos para pedir acciones urgentes de los estados frente al cambio climático y su impacto. Foto: Alonso Chero/ AFP

Lograr acuerdos frente al cambio climático parece una misión imposible. Aunque todos tienen conciencia de la necesidad de cambiar las prácticas ambientales y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, alcanzar compromisos que se cumplan no ha sido sencillo. Las naciones se preocupan más de sus economías y de sus realidades que las del planeta.

El único acuerdo parcial que se logró durante la XX Cumbre de los Estados Parte de la Convención contra el Cambio Climático (COP 20) fue el aporte de algunas naciones para lograr reunir los USD 100 000 millones para el Fondo Verde hasta el 2020. Este dinero se invertirá en investigación y mitigación de los efectos del cambio climático.

América Latina y los países en vías de desarrollo han tenido las mayores muestras de desprendimiento al ofrecer USD 20 millones para este Fondo. Sin embargo, se esperaba más de países como China, uno de los mayores contaminantes del mundo, aportara para el presupuesto global. La idea es que los países que más gases de efecto invernadero emiten a la atmósfera sean los que más contribuyan al Fondo.

“Si no sabemos cuál es el valor de la cuenta, ¿quién la paga? En este momento la estamos pagando todos y sobre todo quienes menos contribuyeron al problema”, señaló Mariana Panuncio, directora del programa de cambio climático para América Latina y el Caribe de World Wildlife Fund, WWF.

En ese punto, la mayor parte de países pequeños o en vías de desarrollo centran sus posiciones en las responsabilidades comunes, pero diferenciadas. Esta es una de las premisas de la propuesta ecuatoriana, que considera clave el financiamiento internacional para frenar el calentamiento global.

Sin embargo, más allá del presupuesto para este tema, la mayoría de naciones caribeñas y latinoamericanas pidieron que se consolide una meta máximo de incremento de temperatura.
Así, las delegaciones de los miembros de la Alianza de Pequeños Estados Insulares insistieron en que el compromiso global debería dirigirse a un incremento máximo de calentamiento global de 1,5 grados hasta el 2020. Ellos ya sufren las consecuencias por los deshielos y el incremento de los océanos, que han causado inundaciones.

Los países que forman la Asociación Independiente de Latinoamérica y el Caribe (Chile, Colombia, Panamá, Perú, Guatemala y Costa Rica), que están en un riesgo potencial mayor por su ubicación geográfica, presentaron a través de Costa Rica una propuesta clara de sus compromisos a futuro. Su visión se orienta a que cada nación aporte a mejorar la situación de sus países, pero con la corresponsabilidad mundial por la contaminación, a través del aporte de presupuestos.

Otros, en cambio, aspiran que se mantengan la línea trazada, independientemente de los acuerdos globales que se consigan luego de las COP 20 y 21, que será en París. En esta línea están las naciones de la Alianza del Pacífico.

Panuncio considera que Latinoamérica ha dado un ejemplo sobre cómo proponer y actuar durante de la Cumbre, también con otros temas interesantes como el de 14 países que presentaron el Desafío de Lima. Este propone dar seguimiento a la Declaración Global de Bosques, de Nueva York y que plantea metas con respecto a emisiones producidas por daño de bosques y que cuenta con la participación comunitaria.

Ayer (12 de diciembre) se debatió por varias horas un borrador que se difundió pasadas las 22:00 del jueves. Pero las horas pasaban y los acuerdos se diluían. A Climate Active Network, que concentra a alrededor de 900 organizaciones no gubernamentales ambientales de 100 países en el mundo, le preocupaba que ese texto estuviera lleno de párrafos señalados con un corchete, que indicaba que uno o varios países no estuvieron de acuerdo con la propuesta.

Muchas de las objeciones iban en torno a temas económicos y de compromisos en cuanto a la reducción de emisiones de gases contaminantes. Todos sabían que debían aportar, pero no se definía un compromiso sobre cuánto y cómo.

Manuel Pulgar Vidal, presidente de la Conferencia de las Partes y Ministro de Ambiente de Perú, destacó los avances durante los últimos días y decía que no solo hacía falta un último esfuerzo. “No hay razón para posponer nuestras decisiones”. A las 16:00 dejó la plenaria y extendió el debate.

Meena Raman, de Third World Network, criticó la posición de los países desarrollados, porque solo se orientan hacia la mitigación del cambio climático, cuando la tendencia y la necesidad debe orientarse a la transferencia de tecnología y a la adaptación de los resultados del calentamiento, que ya se están evidenciando.