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Kolla raymi, una festividad que se conecta con el ciclo de la luna

El Kolla Raymi es una fiesta indígena que se celebra en varias comunidades de la Sierra ecuatoriana, el 21 de septiembre. Foto: Archivo / EL COMERCIO

El Kolla Raymi es una fiesta indígena que se celebra en varias comunidades de la Sierra ecuatoriana, el 21 de septiembre. Foto: Archivo / EL COMERCIO

El Kolla Raymi es una fiesta indígena que se celebra en varias comunidades de la Sierra ecuatoriana, el 21 de septiembre. Foto: Archivo / EL COMERCIO

El Kolla Raymi, que se celebra el próximo 21 de septiembre en varias comunidades indígenas de la Sierra ecuatoriana, es una de las cuatro fiestas más importantes de la cosmovisión indígena.

Esta celebración está conectada al calendario agrícola y astronómico que construyeron los pueblos originarios, a partir de sus estudios sobre el movimiento del Sol y de la Luna y en el que también están el Mushuk Nina (21 de marzo), el Inti Raymi (21 de junio) y el Kapak Raymi (21 de diciembre).

Mercedes Sisa, vicepresidenta de la Federación Indígena y Campesina de Imbabura, explica que la celebración coin­cide con el inicio de un nuevo ciclo agrícola. “Es una forma de pedir la autorización a la Pacha Mama (madre tierra) para nuevamente ingresar las semillas a los terreros y continuar con los procesos productivos”, dice.

Los protagonistas de los rituales que se realizarán en torno a esta celebración son la Madre Tierra, la Killa Mama (Madre Luna) y la Warmi (Mujer), que es la máxima representación de la fertilidad. Por eso, Sisa añade que el Kolla Raymi también es un homenaje a la mujer indígena. “En quichua ‘kolla’ quiere decir princesa o reina”, explica.

Este año, las celebraciones del Kolla Raymi, que están conectadas con el ciclo de la Luna, se realizarán en provincias como Tungurahua, Cotopaxi, Chimborazo, Pichincha e Imbabura, donde la celebración coincide con las fiestas del cantón Otavalo.

Sisa cuenta que las celebraciones del Kolla Raymi en Imbabura comenzarán el viernes 20 de septiembre, a las 11:00, con un ritual de inicio en la comunidad de Gualsaquí, que este año es la comunidad prioste de las fiestas.

El sábado, a las 09:00, habrá una concentración en el redondel de Los Danzantes, que se dirigirá al parque de Otavalo. A las 10:00, en este espacio se realizará la presentación de las Mensajeras, mujeres que representarán a cada comunidad. A esta actividad se sumará la elaboración de una pambamesa y de varios rituales. El domingo, por la mañana, habrá otra caminata. Esta vez a la comunidad de Gualsaquí, donde se realizará una serie de rituales y de presentaciones artísticas.

Para Sisa, el Kolla Raymi también es un tiempo para recordar a sus ancestros. “Mis papás siempre me inculcaron que debía sentirme orgullosa de ser una mujer indígena y que me esfuerce por mantener vivas nuestras tradiciones. Me decían que ser un mujer indígena no me hacía más ni menos que nadie”, sostiene.

Para esta dirigente indígena, es importante que estas festividades se mantengan vivas a pesar del paso del tiempo, porque son otra forma de agradecerle a la Pacha Mama, en este caso, por las lluvias que permiten dar inicio a un nuevo ciclo de siembra de alimentos. “En otros tiempos, la gente era más agradecida por lo que la naturaleza le entregaba. Es algo que debemos recuperar”, dice.

En ‘La Cruz del Tiempo’, un libro de reciente publicación, Gustavo Guayasamín, se explica cómo el calendario festivo de los pueblos indígenas siempre ha estado vinculado a razonamientos astronómicos milenarios. También el porqué el Inti Raymi se celebra en junio, el Kolla Raymi en septiembre, el Kapak Raymi en diciembre y el Mushuk Nina en marzo.

Este último, sin duda, -sostiene Guayasamín- era la festividad más importante de la antigüedad porque marcaba el inicio del nuevo año y lo hacían exactamente el día del equinoccio.