Ningún médico recomienda consumir productos después de su fecha de vencimiento. Foto: Archivo EL COMERCIO
La fecha de caducidad indica el tiempo de vida útil de un alimento o una medicina y es el lapso que transcurre desde la elaboración hasta su deterioro.
Consumir un producto al día siguiente de la fecha de su caducidad en teoría no resultaría peligroso porque todos los productos tienen un plazo extra hasta que se hayan descompuesto los alimentos o químicos que lo conforman. Sin embargo, ningún médico recomienda consumir nada luego de su fecha de caducidad.
El doctor Hernán González explica que la fecha de vencimiento está dirigida a aquellos productos que son más perecederos, es decir, que tienen más riesgos de contaminación y es importante tenerla en cuenta porque indican al consumidor hasta cuándo se lo puede tomar o comer.
El problema de no respetar la fecha de vencimiento no es sólo la pérdida de nutrientes y la calidad del producto, sino la contaminación y la toxicidad que pueden tener algunas cosas. Así, por ejemplo, González señala a los enlatados como los más peligrosos luego de haber caducado, por su proceso de conservación que ya es de años.
Además, se debe analizar también la forma en que el consumidor guarda los productos. Un producto puede no haber caducado aún pero perder sus características y dañarse si se lo guarda en una temperatura no recomendable.
Los clientes deben saber que si un alimento cambia de olor, color o contextura es porque no debe ser consumido. Y las empresas tienen la obligación de publicar la fecha de elaboración y de caducidad, según las normas vinculadas al consumidor.
Según varios estudios científicos, hay unos alimentos que no tienen una caducidad real, como los cereales, el azúcar, la sal o la miel, todos ellos tienen un grado de humedad muy bajo (inferior al 10 o 15%) y siempre que se conserven en un lugar seco, fresco y oscuro, podrán durar varios meses o hasta años.
Según la FAO, el 2013 se desperdiciaron más de mil toneladas de alimentos a escala mundial, es decir que se perdió la comida por haberla dejado dañar o caducar. Por eso, es mejor comprar sólo lo que se va a consumir y así evitar problemas médicos.