Una de las noticias recientes más comentadas es la marcha de Christopher Nolan de Warner Bros. El cineasta británico producirá su ambicioso nuevo proyecto, enfocado en la vida de J. Robert Oppenheimer -considerado padre de la bomba atómica-, con Universal Studios, cortando así con su longeva relación con el estudio de la trilogía de ‘El Caballero Oscuro‘ u ‘Origen‘. Ahora, han podido conocerse las duras exigencias que ha impuesto a su nueva distribuidora.
Según un artículo publicado por The Hollywood Reporter, Nolan fue muy claro en sus exigencias, que podrían resumirse en completa libertad creativa y protección del estreno exclusivamente en salas. Yendo más a fondo, para producir el filme sobre Oppenheimer el cineasta exigió un presupuesto de 100 millones de dólares y un gasto de marketing similar. Además de libertad creativa total, el realizador se llevaría el 20% de la recaudación del filme desde su estreno, no desde que comience a dar beneficios, como suele ser más habitual.
A ello se le añadiría una amplia ventana de exclusividad cinematográfica. Nolan ha impuesto como condición esencial que el filme esté en salas comerciales un mínimo de 100 días. Lo que más ha llamado la atención, es que la distribuidora tampoco podrá estrenar ninguno otro título del mismo estudio en un período ventana de tres semanas antes y después del lanzamiento de la cinta.
Al parecer, Nolan ha exigido un trato muy similar al que tenía con Warner Bros, estudio que sí estuvo en las primeras negociaciones del filme. Sin embargo, tras distanciarse de Waner a cuenta de ciertas dicrepancias entorno al estreno de ‘Tenet’ y, especialmente, a raíz de la decisión del estudio de estrenar de forma simultánea sus películas en streaming y en salas durante este año, no queda claro si los ejecutivos del estudio continuaron las conversaciones con el realizador. En todo caso, Nolan no se reunió en exclusiva con Universal, sino que las negociaciones fueron con varios estudios.
Apple estuvo presente en las negociaciones
Fue en Hollywood Hills, donde Nolan cuenta con instalaciones propias para realizar la posproducción de sus proyectos, donde el cineasta se reunió con Donna Langley de Universal, Tom Rothman de Sony y Jim Gianopulos de Paramount. Para sorpresa de muchos, también estuvieron presentes ejecutivos de Apple Studios, mostrando así la intención del gigante tecnológico de introducirse de lleno en la distribución en salas de cine.
En las negociaciones, el primer estudio en retirarse fue Paramount. Durante el proceso, Gianopulos fue relevado por Brian Robbins, quien quiere que el estudio esté más enfocado en la distribución de sus títulos en streaming, lo que provocó que la major no estuviese de acuerdo con el período de la exclusividad en cines.
Apple, aunque estaba dispuesta a cumplir con la exclusividad de 100 días en cines (lo que le hubiera convertido en la primera plataforma en apostar por un estreno tradicional en salas), terminó retirándose también. Finalmente, las negociaciones quedaron entre Sony y Universal.
La respuesta rápida de Universal
Finalmente, fue la compañía propiedad de Comcast la que se hizo con el proyecto. La ejecutiva de Universal, Langley, tiene una amistad de años con Nolan, además de haber logrado que otros talentos de Warner, como Dan Lin, fuesen acogidos por el estudio. Por otro lado, fue el único que le dio una respuesta positiva a Nolan rápidamente.
Otro punto a favor de Universal es su infraestructura, que le ha permitido ser uno de los estudios que más ha apostado por el estreno en salas de cines tras los primeros meses de la pandemia. Cabe recordar que Comcast estuvo a punto de absorber a la 20th Century Fox, lo que muestra su actual solidez empresarial.
Quedan varias dudas acerca de las exigencias impuestas por el cineasta, especialmente en lo referente al estreno de otros títulos del estudio. No obstante, vuelve a ser una demostración más de la evolución de la situación del cine continúa siendo un enigma y que movimientos como el de Nolan, en caso tengan éxito, podría ser replicado por otros cineastas de renombre.