La canción, publicada en el 2015, suma más de 1 757 millones de visualizaciones en YouTube. Foto: Captura de pantalla.
Desde el micrófono de James Corden hasta un pequeño niño de dos años. Todos la cantan. No sorprende su letra, sino su capacidad para ser tarareada aún en la voz de quienes no la disfrutan. Lo cierto es que Baby Shark se ha convertido en el ‘hit’ musical el momento con más de 1 757 millones de visualizaciones en YouTube, además de su famoso baile que rota en todo el globo con el #BabySharkChallenge. Pero ¿cómo nació la canción más pegadiza del 2018?
El “Baby Shark Doo, doo, doo, doo, doo” no es reciente. De hecho, se canta desde 1998 en campamentos estadounidenses infantiles. Después, en el 2007, se convirtió en el ‘Kleinner Jai’ (pequeño tiburón en su traducción al español), un éxito viral en Alemania. Fue Alexandra Müller quien cantó la canción en su canal personal de YouTube con el objetivo de divertirse con sus amigos. Llegó a ser un ‘hit’ local.
Pero no fue hasta el 2015, cuando el canal de entretenimiento coreano Pinkfong decidió renovar la canción y lanzarla en redes sociales que se esparció en el ecosistema digital a escala mundial.
Video: YouTube, cuenta: Pinkfong.
En diálogo con la cadena informativa BBC Mundo, la musicóloga Jadey O’Reagan dice que el culpable de su éxito es, sobre todo, el uso de ganchos. Ese “doo wop, doo wop” que se repite en el coro era popular en las canciones populares de los años 60. Baby Shark utiliza esos mismos acordes pero al revés. Ahí es cuando su sonido se vuelve familiar aunque con un cambio sutil.
“Los compositores lo llaman una transformación de tono ‘de camionero’ porque realmente parece un cambio de marcha”, comenta O’ Reagan.
De YouTube, Baby Shark saltó a los escenarios de las artes escénicas. Pinkfong creó un musical y emprendió una gira alrededor de Corea y están en plena producción de una película sobre el ‘pequeño tiburón’.