Pablo Arosemena Marriott llegó a la Cámara de Comercio de Guayaquil con solo 35 años. Fue el presidente más joven del gremio empresarial más antiguo del Ecuador. Es un emprendedor del sector de la energía solar. Actualmente es el presidente ejecutivo de Proluxes, parte del Grupo Marriott, una de las empresas pioneras y líderes en la instalación de paneles solares en el país.
Su abuelo fundó el grupo Marriott hace más de 80 años ¿Pero no se supone que las empresas familiares difícilmente llegan a la tercera generación?
En el Grupo Marriott ya vamos por la cuarta. Se dice que la primera generación crea, la segunda agranda y la tercera se gasta todo, digamos. La empresa Almacenes Marriott la crea mi abuelo hace 87 años. Él fue un emprendedor, un hombre que se hizo a sí mismo, que vino desde abajo y fue pionero en el tema de la iluminación. Fue el primero en importar focos incandescentes, por ejemplo. Mi mamá era la directora de recursos humanos de la empresa, a raíz de su fallecimiento hace tres años me involucré más en el área directiva. Y específicamente en el tema de la energía solar.
¿Y sí se dice que la tercera generación se gasta todo, cuál sería el papel de la cuarta?
Esa cuarta generación tiene que reinventar, innovar y estar a tono con los tiempos. Hoy los negocios tienen que ser inclusivos, contar con un propósito que resuene en la gente. Hacer dinero está bien y es necesario para sobrevivir como empresa, pero creo que también es necesario crear un sentido de empatía y de propósito.
La energía solar parecía el futuro inmediato hace 30 años, ¿por qué hemos tardado tanto en aprovechar este recurso?
La tecnología de células de paneles solares se empieza a crear a fines del siglo XIX. Agarra fuerza entre los años 50 a 70 del siglo pasado, cuando los satélites llevan paneles solares al espacio. La tecnología era muy cara. En los últimos 10 años el crecimiento es exponencial. El precio de los paneles solares cayó un 95%.
¿Cuándo ve la oportunidad de negocio?
En un viaje. En 2014 tuve la oportunidad de ir a Israel. Estuve en Jerusalén y en la ciudad de Tel Aviv me llevan una tarde a una azotea a una reunión social, me asomo a ver el horizonte y me generó un destello en los ojos. Todos los techos de la ciudad brillaban con paneles solares; les había tomado extender la tecnología solo cinco años. Tener energía solar en tu casa o en tu negocio ya tiene sentido económico, tienes recuperación de inversión en 24 meses o en 48 meses, a lo sumo. Cuando tienes en el techo paneles solares, una planta fotovoltaica , te va a durar 25 años. Son 20 años de energía gratis.
¿Qué fue lo más interesante de la representación gremial?
Fue un honor estar seis años presidiendo la Cámara de Comercio de Guayaquil y la Federación de Cámaras. Es un cargo ad honorem, trabajas casi a tiempo completo, pero gratis. La gente me decía que me veía en todos lados y me preguntaba cómo hacía para atender mis negocios y representar a la Cámara. Siempre les respondía en tono de chiste que iba a dar un curso. Luego de dos años armé un taller de administración del tiempo. En casi cuatro años asistieron más de cinco mil personas. Me sirvió para ayudar a mucha gente y para ser más organizado. Cuando uno enseña algo, el que enseña aprende el doble.
¿Y qué me dice de la lucha por el impuesto a la herencia?
Fue una de las pocas leyes que el correísmo echó para atrás. Salimos con la campaña ‘Mi trabajo es para mis hijos’, que conectó muy bien con el humor social, con lo que sentía la gente. Esa frase me la dijo una comerciante de la calle Boyacá, en mayo del 2015, en el centro de Guayaquil. Me dijo: ‘oiga yo no trabajo para mantener a políticos vagos, mi trabajo es para mi familia, mi trabajo es para mis hijos’. Al día siguiente fui a la televisión con un letrero con la frase ‘Mi trabajo es para mis hijos’ y esa vaina explotó. Me dio mucha fuerza que el sábado de esa semana el presidente (Rafael) Correa saliera con un letrero respondiendo: ‘Yo también trabajo para mis hijos’, lo cual me pareció fantástico. El Gobierno calculó que el 98% de las personas en Ecuador nunca van a dejar una herencia, por lo tanto no les iba a importar que se cree un impuesto a la herencia. No contaban con que todos los ecuatorianos sueñan con dejar un legado a sus hijos, pequeño, mediano o grande.
¿Y sus aspiraciones políticas?
¿Y quién ha dicho que tengo aspiraciones políticas?, sería la pregunta.
Siempre se vio que las tenía…
Está bien. Apoyo al presidente Guillermo Lasso y su gobierno. Sin sacarle el cuerpo a la pregunta sobre el ámbito de la política, me gustaría más adelante poder ayudar a Guayaquil.
¿El capitalismo tiene moral o una virtud?
Voy a responder que sí, aunque la virtud y la moralidad está en los individuos. El capitalismo es un sistema que se fundamenta en la propiedad privada de los medios de producción, con el objeto de expandir o promover la libertad de los ciudadanos. Me considero alguien liberal, esa es mi filosofía: el liberalismo no tiene dogmas, es una cosmovisión abierta en constante construcción, que tiene como cierta la dignidad de cada individuo.
¿Pero los modelos económicos nunca nos satisfacen del todo?
La realidad es rica y compleja, pero el sistema es pobre. La realidad desborda cualquier modelo. Soy todo lo liberal que alguien pueda ser, pero si mañana estoy en un rol político creo que también hay que ‘ecualizar’. Hay gente que dice que el Gobierno actual siendo liberal debería aplicar más políticas liberales. Pero tiene que equilibrar y manejar tensiones, eso te obliga a gobernar más desde el centro y eso es muy positivo.
Trayectoria
Fue presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil del 2014 al 2020. Y ejerció la presidencia de la Federación Nacional de Cámaras de Comercio del Ecuador entre el 2014 y el 2016. Es doctor en Economía por la U. Eseade de Buenos Aires.