El aumento de los contagios de covid-19 en Cuenca y Loja pone en alerta a las autoridades. Por ello, los comités de Operaciones de Emergencia (COE) mantienen la exigencia del uso obligatorio de la mascarilla en los espacios públicos.
Entre el 24 y el 31 de mayo, Cuenca registró 341 nuevos contagios y Loja 32, según los datos del Ministerio de Salud Pública. En el caso de la capital azuaya, hubo 209 casos en las semanas previas y en Loja se duplicó.
El Centro de Modelación Matemática de la Politécnica Nacional analiza la evolución semanal del virus y su transmisión a escala nacional. Sus cifras revelan que Loja es la única provincia que está en la categoría de extremo alto en el riesgo de contagio. Por debajo, en muy alto, están Guayas, Manabí y Pichincha y el resto registra cifras de contagio moderadas y bajas.
No son números para alarmarse, pero sí de preocupación y estamos a tiempo de detener un posible rebrote, dijo Fabricio Riofrío, director de Gestión de Riesgos del Municipio de Loja.
Las medidas de control
El lunes pasado, el COE de Loja dispuso que en los lugares cerrados, centros comerciales y en el transporte público y escolar sea obligatorio el uso de tapabocas. Además, los buses deben ser desinfectados todos los días.
Según Riofrío, desde el 28 de abril -cuando el uso de la mascarilla pasó a ser opcional en el país-
notaron un exceso de confianza entre los lojanos. “Pero tras informar sobre el repunte, la ciudadanía está toma precauciones”.
Por las calles, parques y exteriores de las escuelas se observa a la mayoría de personas portando el cubrebocas. “En mi familia todos la usamos por nuestra salud”, dijo la lojana Karina Gómez.
El cubrebocas también es obligatorio en las instituciones de salud, planteles educativos, en espacios laborales y para las personas que presenten síntomas respiratorios y que sean vulnerables o tengan enfermedades catastróficas.
En Loja hay un promedio de seis eventos públicos de concentración masiva por semana y sus asistentes casi no usan la mascarilla, no hay desinfección de manos, ni el distanciamiento físico.
Riofrío dijo que -por ahora- el Municipio seguirá dando los permisos, pero que antes analizará los protocolos presentados por los organizadores y hará controles de las medidas sanitarias durante el desarrollo de las actividades.
Alertan un posible rebrote
En Cuenca y Loja también hay un aumento en la demanda de servicios en triaje respiratorio. Las personas que llegan a hospitalización -con cuadros complicados- no se han vacunado, tienen incompleto el esquema o padecen de otras enfermedades graves, dijo el epidemiólogo Édgar Andrade.
Para su colega, Marcos Molina, el relajamiento de las medidas y el bajo ritmo de vacunación podría llevar a un nuevo rebrote, en los próximos meses, cuando ha terminado la inmunidad de seis meses por la última vacuna en la persona.
La ministra de Salud, Ximena Garzón, ha dicho -en reiteradas ocasiones- que tanto las personas que se contagian como las que se vacunan tienen una inmunidad de seis meses y por eso es importante cumplir los tiempos.
En la provincia de Azuay, 111 342 personas mayores de 3 años no han recibido la primera dosis y más de 145 000, la segunda. La aplicación de los dos refuerzos es baja entre los 852 594 habitantes, que es la población objetivo.
En Loja ocurre lo mismo (ver infografía), pese a que el inicio de la campaña fue una de las provincias del país que alcanzó altos niveles de vacunación.
¿Por qué no se vacunan?
Para Julio Molina, director del Consejo de Salud de Cuenca, esto ocurre por varias razones: la gente perdió el miedo al virus, por comodidad, falsa seguridad y falta de compromiso social, sobre todo en los grupos de 12 a 29 años.
Entre Cuenca y Loja existen más de 150 puntos de vacunación, que funcionan de lunes a viernes y los sábados bajan a la mitad, precisamente porque entre semana la afluencia de personas es baja y los fines de semana llegan más.