Silencioso y de fácil uso. Así es el producto llamado Cras, que es un polvo expansivo y demoledor de piedras, paredes, muros o edificaciones. Está en el mercado desde hace 15 años.
Esta técnica de demolición reemplaza a los explosivos y se la puede aplicar en cualquier sitio de construcciones de la ciudad. Su uso es sencillo. Según el material en el cual se va a utilizar, primero se necesita hacer una perforación.
Para abrir el hueco se deben utilizar brocas con un diámetro de entre 30 y 70 mm. No es recomendable ni más, tampoco menos, que esa medida.
La profundidad mínima del hueco debe ser de 25 cm. Por ejemplo, en muros no se necesita tanta profundidad. En el caso de piedras gruesas y, más pesadas, se debe utilizar un tipo de broca ancha y larga.
Tras la perforación se debe limpiar todo el polvo para que la mezcla surta efecto. Una forma es utilizar una manguera. Una vez hecho los huecos y direccionada la ruptura, se debe empezar la preparación del producto.
Se mezcla el Cras con agua fría es la ideal. La temperatura del líquido debe ser menor a siete grados. Por cada kilo del producto se utiliza entre 260 y 300 cm³ de agua simple.
La mezcla es de color grisáceo. No debe ser grumosa. Según los componentes químicos del producto, hay cal orgánica y aditivos especiales. Una vez que se ha logrado la mezcla, se deben rellenar los huecos en el material que se va a demoler.
Después de este procedimiento se debe esperar entre 24 y 48 horas para observar el resultado final, que será la ruptura o la demolición completa sobre el material que se aplicó el Cras.
Para utilizar el producto no se requiere ser especialista. Solo hay que seguir las instrucciones. El Cras hace un trabajo silencioso. No genera ruido ni polvo mientras se descompone el material. Así se han hecho demoliciones en sitios de la ciudad como San Blas, en La Ronda y en dos centros comerciales.
Se ha utilizado esta técnica en túneles, canteras, obras de cimentación, pozos, canalizaciones, entre otros trabajos.
Andrés Espinoza, gerente de Tespecon, empresa que distribuye el producto, explica que técnicamente lo que ocurre es que la mezcla de Cras, que contiene cales, con el agua genera calor y hace que se expanda.
“La fuerza que se genera hacía los lados genera la ruptura. Por eso es importante realizar los orificios con las dimensiones anunciadas”, dice Espinoza.
Agrega que el uso de esta técnica es más fácil que los explosivos. Por ejemplo, no se necesita permisos para su uso y no causa ningún impacto o efecto posterior.
Según los cálculos del especialista, para la demolición de piedras u hormigón simple, se necesitan ocho kilos de Cras por cada metro cúbico de hormigón. Asimismo, en el caso de hormigón armado, se calcula que se necesitan entre 10 y 12 kilos, por metro cúbico.
Cada kilo de Cras cuesta USD 7. Entonces, según el cálculo, cada metro cúbico de demolición, en una pared de hormigón, puede costar hasta USD 60. También previo a una demolición se necesita un estudio detallado para determinar la forma cómo se procederá en su aplicación.
Espinoza enfatiza en la facilidad de usar el Cras. Cita como ejemplo lo ocurrido en un centro comercial donde se destruyó una piedra. Allí se intento utilizar explosivos. Sin embargo, para aplicar este procedimiento se necesitaban permisos y otros trámites engorrosos.
“Hay otra facilidad. Se lo puede colocar el viernes y para el lunes está listo. Eso facilita el tiempo de trabajo sin molestias”. Más en el 09 6 031548.